pedido de justicia

Abuso infantil y trata: los delitos que unen a las madres en una sola lucha

La ONG de Margarita Meira, referente de la lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual, se constituirá como “Amicus curiae” en los juicios de abuso sexual infantil que lleva adelante la fundación Pañuelos Amarillos de Tucumán.

16 Dic 2019 - 12:20

Margarita Meira y la doctora Marcela Cano acompañan a las madres de Pañuelo Amarillo en Tucumán.

La titular de la organización no gubernamental de Buenos Aires “Madres Víctimas de Trata”, Margarita Meira, llegó a Tucumán para presentarse como “Amicus Curiae” en los juicios por abuso sexual infantil que lleva adelante la fundación “Pañuelos Amarillos”. 

Margarita es una luchadora histórica en Argentina contra los delitos de trata de personas con fines de explotación sexual. En 1992 encontró a Susi, su hija de 17 años, asesinada. Con el tiempo pudo investigar y descubrió que había sido explotada sexualmente en dos prostíbulos de Buenos Aires. “Fue una lucha muy larga en la que me fui juntando con otras mamás”, explicó en diálogo con eltucumano.com la referente, quien hoy llega a la provincia para apoyar la ardua tarea de otras madres que se enfrentan a juicios por abusos sexuales infantiles intrafamiliares.

Por su parte, la abogada de la ONG que fundó Margarita, la doctora Marcela Cano manifestó la importancia de unirse en este pedido de justicia. “Vinimos a acompañar las causas de abuso sexual infantil. Creemos que es uno de los delitos más aberrantes que existen en nuestro país y lamentablemente tenemos que decir que las cifras van aumentando y Tucumán es una de las provincias en que esto ocurre”, explicó. 

En esta dirección, la letrada detalló que una de sus principales preocupaciones es el “hostigamiento desde el Poder Judicial hacia los denunciantes y una falta de presencia de parte del Ministerio Público en la asesoría de menores  y una total inexistencia de la figura del abogado del niño en estos casos”.

Cano resaltó el hecho de que en Tucumán solo exista una fiscalía que trabaje en casos de abuso sexual. “La fiscal nos comentó que reciben una cantidad innumerable de denuncias de abusos no solamente en niños sino también en mayores, que superan la capacidad de acción del equipo de trabajo. La fiscalía está de turno permanente, esto sin duda redunda en la demora de las causas”, expuso. También adelantó que se encuentran en instancias de diálogo para firmar un convenio de apoyo con las Madres de Pañuelos Amarillos. “Ambos organismos apelamos en contra de este delito. Estamos convencidos que detrás de todo esto hay un poder que ampara en gran medida estas circunstancias, hay estadísticas dentro de la provincia de Tucumán que refiere a los abusadores relacionados con el poder político, económico y judicial” añadió la abogada.

Puntos de encuentro

Producto de sus investigaciones, treinta años atrás, Margarita se propuso caminar a lo largo y ancho del país contra la pedofilia. “Atrás de la trata, también está la pedofilia. Primero someten a los chicos y después los venden a los prostíbulos, que no son otra cosa que centros clandestinos de violaciones y torturas seguidas de muerte”, subrayó Margarita. Según el relato de algunas de las víctimas de trata que pudieron rescatar desde la ONG, en los prostíbulos también hay niños y niñas de siete u ocho años que son explotados sexualmente. 

Tanto las madres que llevan adelante la lucha contra los abusos sexuales de sus hijos en Tucumán, como las que lo hacen por la trata de personas, se encuentran un enemigo en común: el poder. “Cuando los casos involucran a funcionarios judiciales o políticos es muy difícil,  porque es una corporación mafiosa. Pasa acá, pasó en Chubut con el caso de Puerto Pirámides y en otras provincias. Por eso queremos llegar a los organismos internacionales para pedir por los derechos del niño y por los derechos humanos, en caso de que la explotación sexual sea en adultos. No hay justicia para la pedofilia, el abuso de menores y la trata”, sentenció.

Por último, la histórica referente realizó una crítica al modo en que opera la justicia nacional. “Entre nosotras nos apoyamos porque las leyes no se respetan. Somos un grupo muy grande que está visibilizando mucho, pero la justicia es la misma que hace treinta años, los políticos son cómplices. La trata de personas paga campañas políticas, compra jueces y comisarios. Uno no puede parar en esta lucha, es grave, a mi hija ya la mataron, pero no quiero que siga pasando. Tengo fe en el pueblo: si el pueblo empuja, algo se logra”.


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