PATRIMONIO

Una vivienda francesa del siglo XX en pleno centro tucumano: la historia del Centro Cultural Rougés

Tucumán cuenta con una edificación que deja conocer los modos de vida de la élite del siglo pasado, y hacer un salto cuántico directamente hasta Francia.

01 Sep 2023 - 19:59

Fuente: Fundación Miguel Lillo.

Allá por el año 1913, don Julio Cainzo y su esposa, Delfina Avellaneda, mandaron a construir una de las viviendas más típicamente francesas de toda la provincia, justamente frente a nuestra plaza Independencia.

El lujo, el gusto exquisito por la arquitectura y el diseño, dejaron su primera impronta fuerte en Tucumán con la gran apuesta del empresario azucarero y su esposa, matrimonio que no tuvo descendencia.

El terreno ubicado en Laprida 31, fue utilizado en su mitad para esta edificación, ocupando 9x71 metros. Fue un modelo arquitectónico que desafió la tradición de la “Casa a patios” que se edificaba en Tucumán. El diseño estuvo a cargo del ingeniero-arquitecto español José de Bassols, y destacaba la novedosa distribución de los espacios en una angosta edificación de cuatro plantas: cuarto de vestir, comedor, antecomedor, ropero, etc. Se disponían los servicios en el semi subsuelo; los salones, el comedor y el escritorio en la planta baja, o plano noble; en el primer piso los dormitorios y en la azotea, las habitaciones del personal de servicio. Contaba con elementos de confort que no eran nada communes en la época (y tampoco lo son ahora), como un asensor, un montaplatos en la cocina, y un total de seis baños. Los servicios se encontraban en el semi subsuelo, espacio que puede apreciarse desde la vereda misma del edificio. La fuerte impronta de academicismo francés en la fachada del lugar, dejan evidencia del impecable trabajo que realizó Bassols en el diseño.

La historia de la casa continúa cuando la familia Cainzo la vende, apenas cinco años después de inaugurada, a Brígido Terán. Más adelante comienza a funcionar allí Tribunales Federales, y en 1973 es adquirida por la Fundación Miguel Lillo.

En la actualidad, la casa lleva el nombre y la función de Centro Cultural Rougés, los documentos del centenario de la provincia de 1916 y las biblotecas de Ernesto Padilla (1300 volúmenes de derecho, filosofía, literatura, teología, historia y educación), la de la familia Rougés (1200 cartas de personalidades desde 1905 a 1941), la de Jorge Rougés (500 volúmenes), la de David Lagmanovich (8000 obras especializados en el campo de las letras) y el legado de María Eugenia Valentié (documentos de la filósofa, traductora y ensayista). El centro es lugar de difusiòn y preservación del trabajo de esta generación del centenario, aglutinando desde 1990 la investigación científica y la indagación humanística a través de la fundación Miguel Lillo.

En el centro se realiza difusión y fomento del arte, de la cultura y de la historia tucumana. Es posible además, conocer el lugar con una visita guiada, y comprender los modos de vida de la élite tucumana del siglo pasado, en un estilo de salto geográfico de América a Europa.


FUENTE: Silva, Marta Beatriz. “El edificio del Centro Cultural Rougés”. En AA.VV. La Generación del Centenario y su proyección en el Noroeste Argentino (1900-1950). Actas de las V Jornadas. Tucumán: Centro Cultural Alberto Rougés, FML, 2004; pp. 66 a 74. Silva, Marta B. “Centro Cultural Dr. Alberto Rougés (Fundación Miguel Lillo)”. En AA.VV. El Patrimonio Arquitectónico de los Argentinos, Tomo 4 Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero. Buenos Aires: Sociedad Central de Arquitectos; Instituto Argentino de Investigaciones en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo, 1987; p. 20. Nicolini, Alberto y Carlos Páez de la Torre (h). “El ingeniero-arquitecto José de Bassols en Tucumán. 1908-1931”. En Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, Nº 24. Buenos Aires: Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 1971. (Separata)

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