Turismo

Pueblos, ruinas, vinos y artesanía: el tramo tucumano de la mítica Ruta 40

Si bien es uno de los tramos más cortos, son 41 kilómetros en pleno valle calchaquí y donde la mixtura de la cultura ancestral con la actual depara un sinfín de sitios, actividades y atractivos.

19 Oct 2023 - 15:00

Ruinas de Quilmes.-

La mítica y soñada Ruta Nacional 40, Liberador General Don José de San Martín, se extiende desde Santa Cruz hasta La Quiaca, recorriendo una gran parte del país paralela a la cordillera de los Andes, incluyendo tramos cercanos o a través de varios parques nacionales. Es la más larga del país, atravesándolo de sur a norte, y recorre varias de las regiones turísticas y los atractivos más importantes de su territorio. 

La Ruta 40 es para la Argentina lo que la 66 para los Estados Unidos y es que, ambas significan un emblema para su país. Esta ruta cruza once provincias entre las que se encuentra Tucumán.

De esta manera, la Ruta 40 tucumana es un destino con múltiples ofertas: cultura ancestral, la arqueología, las artesanías, naturaleza y las bodegas tucumanas. Si bien es uno de los tramos más cortos, son 41 kilómetros en pleno valle calchaquí y donde la mixtura de la cultura ancestral con la actual depara un sinfín de sitios, actividades y atractivos.

Uno de ellos, el más famoso, es la Ciudad Sagrada de Los Quilmes. La fortaleza que protege el cerro Altos del Rey, en pleno valle calchaquí. Llegar por la ruta es una aventura y en los kilómetros hasta el sitio, se verá de pronto el suelo de areniscas y hasta algún médano si se quiere, en medio de la vegetación natural de la región. El sitio ofrece senderos que lo conducen hasta la cima y desde donde se aprecia el territorio y todas las construcciones. Da escalofríos pensar la población que habitó y resistió desde aquí a los españoles. 

En la base, el centro de interpretación. Son cinco salas imperdibles. Hay un auditorio donde una pantalla gigante muestra la historia de la comunidad de Amaicha del Valle en un documental en el que participan los propios Amaichas quienes relatan la historia, la cosmovisión y el presente. Además, en la segunda sala, “línea del tiempo”, narra cada momento de la historia con los hechos que se sucedieron en el mundo y en la historia calchaquí. 

Centro de interpretación Quilmes. Foto: Tucumán Turismo.

En la tercera sala, las audioguías acompañan al visitante con descripciones de la forma de vida calchaquí y, en otra sala, se pueden observar piezas arqueológicas. Casi terminando el recorrido por el museo, otro recinto expone el valor de la tierra y la labor comunitaria para su explotación sustentable y al final, un ámbito dedicado al concepto del cosmos y la naturaleza de la cultura andina. La Ciudad Sagrada de los Quilmes es uno de los sitios arqueológicos más importantes del norte argentino, que atrae visitantes de todas partes y transforma la travesía rutera en una experiencia entre pueblos, culturas e historias.

En este lugar el recorrido es a pie. Pero se puede estirar el viaje y llegar hasta Amaicha del Valle, donde hay propuestas de recorridos de 4 a 8 personas que un Amaicha (Sumajpacha Turismo) revelará la importancia de la tierra, los bosques de algarrobas, del pueblo de Incalilla, el primer asentamiento en la zona, los 50 años del inca, los 300 años de resistencia calchaquí, entre otras cuestiones. 

Sobre la 40, se encuentran los pueblos de El Pichao, Talapazo y Colalao del Valle, que integran el universo rutero en estos valles calchaquíes tucumanos. Allí, el turismo rural y comunitario; ruta del vino, los productores de nueces, dulces artesanales y cada comunidad abre sus puertas para ofrecer momentos únicos plenos de cultura, historia y naturaleza. Muchos viajeros intentan recorrer en un día esta travesía, pero los valles calchaquíes atrapan y sugieren disfrutar de la tranquilidad de cada lugar. Una mixtura imperdible entre el terruño, la arquitectura, los aromas, colores y sabores de este territorio que imprime la fuerza de la historia.

Sandro Llampa en el sitio arqueologico de Talapazo. Foto: Aldana Mayantz.

Un dato imperdible es que si este tramo de RN 40 presenta la mayor concentración de sitios arqueológicos y emprendimientos productivos, también integra parte de la Ruta del Vino donde está la única bodega comunitaria. Es Los Amaichas, que ha sido distinguida con la Marca Tucumán por el gobierno provincial. Sólo hay tres bodegas en el mundo entero administradas por un pueblo originario. Bodega Comunitaria Los Amaichas, así se llama, es una de ellas, las otras dos están ubicadas Australia y Canadá.  

Ruta del vino. Foto: Turismo Tucumán.

La historia de América y la cultura es lo que el viajero recibe cuando une cada pueblo y sus habitantes en la Ruta 40. Desde Ampimpa, El Pichao, Amaicha del Valle, El Bañado, Talapazo, Quilmes y Colalao del Valle o a los propios Quilmes son parte de esta propuesta a los pies de las cumbres calchaquíes. 

Los artesanos del valle integran la Ruta del Artesano, donde se puede visitar cada taller y conocer el trabajo que cada uno realiza. Cuero, cerámica, madera o metal y textiles, la diversidad es punto de encuentro en este territorio. Hay de todo. También las travesías en 4×4, cabalgatas, senderismo y los distintos recorridos llegan literalmente hasta el cielo, porque muy cerquita, a tan solo 24 Km de la Ruta 40, está Ampimpa con su observatorio astronómico, uno de los mejores para visitar en este 2023.

Ruta del artesano. Foto: Tucumán Turismo.

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