La historia de Lalo se remonta a más de 50 años atrás, cuando era apenas un niño de 8 años con ansias de jugar y aprender. Su juventud en los festivales y su pos jubilación en la peatonal Congreso. “Acá me siento bien, me gusta hacer lo que hago". VIDEO.
El gaucho Lalo. (Foto: eltucumano).-
Nadie que pase por la peatonal Congreso es ajeno a los pasos de Lalo. Con su bombacha gaucha, sus zapatos y su sombrero alegran a tus turistas que visitan la Casa Histórica, o a los tucumanos que caminan apurados hacia sus trabajos o simplemente pasean por allí.
La historia de Lalo se remonta a más de 50 años atrás, cuando era apenas un niño de 8 años con ansias de jugar y aprender. A esa edad, su padre le enseñó todo lo que sabía sobre baile, y a su papá se los enseñó un amigo de su Juventud, quien había ido a Francia a filmar una película con el gran Gardel.
Desde ese momento el folklore empezó a correr por las venas de Lalo, quien no perdía ocasión para mostrar su talento: “Bailaba en la calle, en los cumpleaños de mis amiguitos, yo era el artista”.
A sus 23 años Lalo decidió que quería dedicar su vida al baile de manera profesional y se inscribió en una academia. Al mes la profesora le hizo la primera propuesta para bailar en público: “Vas a debutar en una fiesta familiar”, le dijo. Lalo sin dudarlo aceptó, pero con una condición: “Yo quiero bailar con la ropa de baile, sueño con bailar con la ropa de baile”.
Luego, vino una de las presentaciones que marcó la vida de Lalo: en un escenario con luces, bailó en un festival en un club: “Estaba nervioso, había mucha gente”, cuenta. Sin embargo, las palabras de otro bailarín le dieron la calma y seguridad que necesitaba: “’tranquilo, hace de cuenta que estás en un desierto, no mires a la gente’. Ese día baile, me concentre en el baile, y así 50 años en festivales, peñas, certámenes, tengo premios ganados”, relata.
La decisión de ser el bailarín de la peatonal Congreso
“Me jubile, y ‘qué me voy a quedar a hacer en la casa’”, dice Lalo ante la intriga de su presencia, desde hace siete años atrás, frente a la Casa Histórica. “Acá me siento bien, me gusta hacer lo que hago más allá de la plata”.
A las 9 de la mañana Lalo ya se encuentra con su equipo y su sombrero en el paseo Independencia. Alrededor de las una y media de la tarde se retira “satisfecho de hacer lo que me gusta”.
A la gente le encanta lo que hago, a veces me encuentran en el centro porque no he venido y me dicen ‘qué pasa que no baila’, ya me extrañan.
Durante dos meses Lalo no se presentó a bailar por un problema en la vista: “Quedé ciego”, cuenta. “Le dejé la decisión a Dios, le dije ‘Si no querés que baile más, sos dueño y sos grande, voy a aceptar tu decisión’”, sin embargo, Lalo se recuperó y sigue bailando luego de 50 años.
“Le digo a la gente que ame la patria como yo la amo, yo me visto de gaucho, tengo celeste y blanco, adoro mi patria y a los grandes próceres que han luchado por la libertad”, le dice Lalo a todos los tucumanos, tucumanas y habitantes de este país.
Mirá el video y conocé a Lalo: