Mide 50 centímetros, tiene el cabello rosa y fucsia, un ojo de color verde y otro de color azul. Su género es no binario, pero le dicen Oscarcito por cariño. Qué pasó en Estilo Carola Real, el local de ropa donde trabaja Mercedes, la encargada que habló con eltucumano. VIDEOS
Oscarcito, el duende no binario que todos extrañan en la Belgrano al 1800.
Esta historia comienza algunos años atrás, en un barrio privado inmerso en la inmensa selva misionera. Allí, una niña tucumana de dos años jugaba con sus amiguitos hasta que una vecina pasó y les alertó a los más grandes: “Tengan cuidado con los chicos... tengan cuidado porque aquí a los chicos se los lleva el duende”.
Esta historia continúa todavía en Misiones, cuando los hechos sobrenaturales le dieron la razón a la vecina: la niña tucumana de dos años había desaparecido y fue encontrada horas después por Gendarmería. Para que no se repitiera esa terrible situación, la madre de esa niña de dos años le pidió a una artesana que creara un duende protector, un duende llamado Oscar, Oscarcito, el protagonista de esta historia que ahora continúa aquí, en la puerta de un local de ropa de avenida Belgrano 1815, la dirección exacta donde el duende Oscar ya no está.
“La niña de dos años es la hija de la dueña del local donde yo trabajo. Ellas habían viajado a Misiones a visitar al hermano gendarme cuando pasó lo que pasó. Como gesto, al abrir esta sucursal, llegó el duende Oscarcito”, le cuenta esta tarde a eltucumano Mercedes, empleada y encargada de Estilo Carola Real, quien revela la tristeza que siente ante la denuncia pública que conmovió al barrio y a las redes sociales: “A Oscarcito se lo robaron”.
Antes que detallar cómo, cuándo y de dónde se llevaron al duende de peso liviano y 50 centímetros de altura; el duende que sonreía a los vecinos con un ojo de cada color, Mercedes pone el acento en la inseguridad que se vive en la zona de avenida Belgrano al 1800 y en el terrible hecho que vivió en carne propia.
“Una chica de la calle muy violenta se metió en el local con la intención de robarnos y, cuando quiso salir, me dijo: ‘Correte porque te voy a pegar un puntazo’. Cuando salió a la calle, me agarró del pelo, me sacó a la vereda, me pegó patadas, y cuando logré desprenderme agarró un cascote de la calle y me pegó en la cabeza. Caí desmayada y perdí el conocimiento. Nunca más volvió a pasar algo tan violento pero los robos son constantes”, reconoce Mercedes. Y agrega: “El duende Oscar tampoco se salvó”.
“Siempre lo tuvimos en la vereda para que nos protegiera. Antes, no estaba atado a nada. Y un chico de la calle se lo llevó. Se lo vendió a una señora por 10 mil pesos y lo recuperamos porque la señora leyó en nuestras redes lo que había pasado. Pero lo que pasó ahora fue peor: el duende Oscar estaba atado y otro chico se tomó el trabajo de desatarlo, lo metió en la bolsa y se lo llevó”, relata Mercedes, quien no pudo ver las cámaras porque en ese momento estaba atendiendo a una clienta.
Lo que pasó después del robo del duende Oscar también está registrado: “A los 20 minutos de ver las imágenes, me llamó una persona. Grabé y filmé la llamada. Es una persona que dijo que tiene un taller y que compra cosas robadas. Esta persona me dijo que había comprado un duende a un chico por 25 mil pesos. Que el chico le pedía 50 mil pesos por el duende. Que había visto nuestra publicación del robo y que, para devolvernos a Oscar, quería recuperar el dinero que había gastado: quiere 25 mil pesos por Oscar”.
“De cabello rosa y fucsia, Oscar tiene un ojo verde y uno azul y su genero es no binario. El Nombre Oscarcito es por cariño: el género que adopta es según la persona que lo ve. Algunos la trataban de ‘Ella’. En la imagen se puede ver el cable con el que estaba atado”, agrega Mercedes para brindar más detalles del duende que todos extrañan y que, lamentablemente, dan por perdido: “Esa persona del taller que supuestamente compró a Oscar siguió llamándome. Es indignante que te estén llamando y te extorsionen por el duende. Soñamos con recuperarlo”, relata Mercedes y cuelga con eltucumano a la espera del llamado que le devuelva a Oscar. Pero antes, una más:
“Aquí, adentro del local, hay varios duendecitos. Pero se siente la ausencia de Oscar. Es diferente el ambiente sin él. Y no solamente eso. Pasaron cositas cuando él no estaba: mi hermana se olvidó el celular en el local y pensamos que lo había perdido. Llamábamos al celular de mi hermana y nadie atendía. Hasta que llamó mi cuñado y lo atendieron. Nadie le habló, pero lo atendieron. No se escuchaba nada del otro lado, pero lo atendieron”, sonríe para no llorar Mercedes. Y ruega: “Por favor, la persona que lo tenga, que lo devuelva”.