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Un apagón científico que afecta en mayor medida a Tucumán

RECORTE DE PRESUPUESTO

Investigadores tucumanos advirtieron que la reducción del presupuesto en el área de ciencia y tecnología tendrá un mayor impacto en nuestra provincia. Reclaman la federalización de los recursos.





Ante la noticia de una reducción del 60% en los ingresos a la carrera de investigador de CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) para el 2017, tal como habían advertido en la edición de ayer de El Tucumano, la comunidad científica de la provincia se expresó en contra de la medida a la calificaron como un nuevo “apagón científico”, en referencia a las políticas que afectaron al área de la ciencia principalmente durante el menemismo: “Con el dictamen y aprobación del presupuesto 2017, diseñado por el Poder Ejecutivo Nacional y refrendado por el Congreso de la Nación, no queda más remedio que aceptar que un nuevo apagón científico se ha consumado en Argentina. Luego de una década ininterrumpida de grandes avances en el Sistema de Ciencia y Tecnología argentino, como por ejemplo la triplicación del número de investigadores de CONICET y la repatriación de más de 1200 científicos argentinos, el presupuesto 2017 representa claramente un camino de cambio, y no precisamente positivo”, expresaron a través de un comunicado los miembros del Ateneo Científicos Tucumán (ACT), un grupo de investigadores locales autoconvocados.  

Los integrantes del ateneo destacaron que este recorte presupuestario tendrá una mayor incidencia negativa en Tucumán, dado que persiste una distribución desigual de los recursos en el área científica. “Buenos Aires obtuvo entre 2004 y 2014 una inversión de más de 4000 millones de pesos mientras que en cada una de las provincias del NOA y del NEA la inversión recibida es, al menos, de un orden de menor magnitud. En coincidencia, se advierte una marcada concentración de investigadores en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires, seguidas por Córdoba, Santa Fe y Río Negro, en detrimento de provincias como Mendoza, Tucumán y Chubut, y el resto del país en su conjunto”, explican en el comunicado.  Esta falta de federalización del presupuesto para investigación se aprecia particularmente en el caso de la última convocatoria de los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) de la Agencia Nacional para la Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) donde sólo el 8% de los 55.481.676 pesos  asignados a este programa se invertirán en proyectos de investigación fuera de Provincia de Buenos Aires, Santa Fe o Córdoba. En este sentido, los investigadores locales reclamaron la implementación de un plan regional en el sector: “Como tucumanos consideramos que es hora de que el norte tenga su Plan Estratégico Regional de resarcimiento histórico en Ciencia y Tecnología: un Plan Yungas, un Plan Lillo, un Plan Obispo Colombres, por ejemplo. Sobran estandartes de ciencia y tecnología para encaminar un proyecto que debiera consumarse sobre las acciones sinérgicas que se vienen gestando entre los distintos sectores del Sistema Científico y Tecnológico en Tucumán: Gobierno Provincial, CONICET-TUCUMAN, Universidades, INTA, INTI, etc.”.

A su vez, los investigadores advirtieron que el recorte de presupuesto generaría  una nueva “fuga de cerebros”, término con que se conoce al éxodo de científicos argentinos que se produjo durante la década del noventa: “Estos ciclos de derrumbe estructural de la sociedad argentina conllevaron oleadas de emigración de muchas de nuestras mejores mentes. El ajuste producido al sistema científico y tecnológico contenido en el presupuesto 2017 representa la hoja de ruta planteada por este gobierno: un país para pocos en el cual no son prioridad el desarrollo tecnológico, la industria nacional ni los centros universitarios de calidad ya que la especulación financiera y la primarización de la economía son los mayores protagonistas”.

Por último, destacaron que este tipo de medidas tienen consecuencias directas en el crecimiento del país: “La ciencia es la herramienta clave para el desarrollo de procesos que permitan agregar valor a bienes y, en consecuencia, generar trabajo y riqueza. Como decía el fundador de nuestro querido CONICET, el Doctor Bernardo Houssay: Los países ricos no investigan porque son ricos, sino que son ricos porque investigan”.

Esta reacción de la comunidad científica tucumana se produjo luego de que se conociera ayer a partir de declaraciones de la socióloga Dora Barrancos, integrante del directorio del CONICET, la noticia de la drástica reducción de los ingresos a la carrera de investigador del CONICET. De esta manera, el número de investigadores nuevos para el próximo año sería de 385, frente a los 943 del periodo anterior; lo cual implica una reducción del 60% en los ingresos.