El vivero de limón más grande del mundo es tucumano
Hace cuatro años el vivero Citrus ubicado en Lules ingresó al libro Guinness.

Foto: viverocitrus.com
A sólo 15 kilómetros de la ciudad y con la Quebrada de Lules de fondo en el paisaje se extiende el vivero de limones más grande de todo el mundo, según lo certifica nada más y nada menos que el libro Guinness de los records. Son 6 hectáreas que albergan 40 invernaderos de cítricos, paltas y mangos. Ahí nacen y crecen la mayoría de las plantas que producirán los limones que serán exportados próximamente a los Estados Unidos.
Cuando el británico Ralph Hannah, representante en Latinoamérica de Guinness World Récords, llegó a Lules en 2012 y recorrió el vivero, contó 551.227 plantas de limón en una tarea que demandó varias horas. Entonces, el vivero se convirtió de manera oficial en el más grande del mundo en lo que a ese cítrico se refiere. Actualmente, Citrus produce alrededor de 200.000 plantas de limones, sin embargo, a pesar de haber de haber disminuido el nivel de producción, continúa ostentando el título del más grande en el rubro. Según explica José Luis Palacios, el propietario del vivero, ahora se producen menos cantidad de limones porque las nuevas normas internacionales exigen que el cultivo se realice en invernaderos cerrados y no a campo abierto como se hacía en ese entonces.
Como explica Palacios, el vivero es el mayor productor primario de limones de la provincia, es decir, quien abastece de plantas a las principales citrícolas tucumanas. El cultivo de las plantas comienza en alguna de las cuatro cámaras de germinación con capacidad para medio millón de plantas. En esas salas cerradas herméticamente con luz artificial las semillas comienzan a echar raíces. Luego, el desarrollo de los limones continúa cuando los pequeños plantines son trasladados a las macetas y llevados al invernadero. Todo ese proceso demanda unos dos años hasta que las plantas tienen el tamaño adecuado para las plantaciones de las citrícolas. Tanto las cámaras como los invernaderos están completamente cerrados para evitar el ingreso de cualquier tipo de insecto, como lo establecen las normas internacionales de calidad.
“La demanda es sostenida por las exportaciones de limones a Rusia y Asia. Ahora, con las exportaciones a Estados Unidos, esperamos vender mayor cantidad y a mejor precio”, destacó el propietario del vivero donde además se producen plantas de palta y de mango.