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Comida que se puede cultivar en el balcón

HUERTAS ECOLÓGICAS

Las Huertas Agroecológicas son una tendencia que crece en casas y departamentos. Alimentos más sanos y más baratos al alcance de la mano.





Comida que se puede sacar del balcón
Las Huertas Agroecológicas son una tendencia que crece. Alimentos más sanos y más baratos al alcance de la mano.
Los muchachos de Huertas Agroecológicas Tucumán enseñan a la gente a comer mejor y más barato. En sus talleres, explican cómo, cuándo y dónde sembrar hortalizas sin químicos y sin depender de la voluntad del verdulero amigo.
“Hacer una huerta es ser soberanos, es poder elegir lo que uno quiere comer. Cuando compramos en la verdulería, comemos lo que ha decidido adquirir el comerciante esa semana. Si hay diez especies, tenemos que elegir entre esas diez”. Así explica Laura Madariaga, Ingeniera Agrónoma y tallerista de Huertas Agroecológicas.
Tomates cherrys (que, según los profesores, se reproducen como plagas), lechugas, rabanitos, acelga, cebolla, maíz, ají, pimiento, zapallo, zapallito. Se puede cultivar cualquier cosa, siempre y cuando se lo haga en el lugar correcto, en el momento correcto.
Eugenia es terapista ocupacional y asiste al taller para fabricar una huerta que le permita desintoxicarse, nutrirse mejor, acercarse a una alimentación más sana y global. “En casa tengo plantitas aromáticas pero no tengo idea de la teoría, las asociaciones, las plagas”, explica. Además, quiere compartir los conocimientos en la escuela especial en la que trabaja.
 “Una lechuga puede demorar 45 días en crecer, un rabanito 30 y un tomate 90, pero todas pueden cultivarse en el mismo patio, siempre y cuando se siembren en la época adecuada: hay plantas de primavera-verano y otras de otoño-invierno”, asegura Laura Madariaga.
Los profesores reconocen que la importancia de la huerta viene de la responsabilidad en la alimentación y el medioambiente. Los productos que más químicos tienen, según comentan, son las hortalizas. Y paradójicamente, son los alimentos que consumimos crudos, generando enfermedades.
Pero ¿cómo evitar los químicos en el caso, por ejemplo, de las plagas? 
“Hay métodos caseros que vienen del conocimiento popular, inclusive comprobados científicamente, que tienen incidencia sobre plagas e insectos. Es el caso del preparado con ajo y alcohol, otro con ají, otro con jabón blanco, todos para combatir los pulgones”, explica Laura.
Pero lo primordial, según comenta, es lograr un equilibrio en todos los sentidos: que haya plantas de colores, hortalizas y aromáticas. Que haya bichos malos pero más bichos buenos. Sí, bichos buenos: las famosas “vaquitas de San Antonio” o los “bichos palo” son beneficiosos para la planta, porque se comen los insectos “malos”. 
“La idea es llegar al equilibrio propio de la naturaleza. La naturaleza no tiene problemas, al problema lo trae el hombre”, agrega la especialista. 
Otras recomendaciones
Además de tener una huerta, los profesores recuerdan que es necesario aprender a cocinar verduras y hortalizas para obtener el mayor beneficio de éstas, sin perder sus nutrientes en la cocción. 
Otro eje que se trata en el taller es el cuidado del medioambiente: según explican, de nada sirve producir los alimentos que ingerimos pero generar cantidades enormes de basura y contaminación ambiental.
Para finalizar, Laura recomienda: “A veces cuando vamos a la verdulería encontramos dos tipos de verdura. Por ejemplo, la acelga: una es grande, linda, sin agujeros, parece de plástico. La otra es más opaca, pequeña y quizás tenga agujeritos. Yo elijo la que está comida por los bichos, porque si la eligieron es porque tiene menos químicos. Los bichos se van cuando las lavamos, los agroquímicos no”. 

Los profesores de Huertas Agroecológicas Tucumán enseñan a la gente a comer mejor y más barato. En sus talleres, explican cómo, cuándo y dónde sembrar hortalizas sin químicos y sin depender de la voluntad del verdulero amigo.

Hacer una huerta es ser soberanos, es poder elegir lo que uno quiere comer. Cuando compramos en la verdulería comemos lo que ha decidido adquirir el comerciante esa semana. Si hay diez especies, tenemos que elegir entre esas diez”, explica Laura Madariaga, Ingeniera Agrónoma y tallerista de Huertas Agroecológicas.

Tomate cherry (que se reproducen como plagas), lechuga, rabanito, acelga, cebolla, maíz, ají, pimiento, zapallo, zapallito. Se puede cultivar cualquier cosa, siempre y cuando se lo haga en el lugar correcto, en el momento correcto.

Eugenia es terapista ocupacional y asiste al taller para fabricar una huerta que le permita acercarse a una alimentación más sana, desintoxicarse, nutrirse mejor. “En casa tengo plantitas aromáticas pero no tengo idea de la teoría”, comenta. Además, quiere compartir los conocimientos en la escuela especial en la que trabaja. 

“Una lechuga puede demorar 45 días en crecer, un rabanito 30 y un tomate 90, pero todas pueden cultivarse en el mismo patio, siempre y cuando se siembren en la época adecuada: hay plantas de primavera-verano y otras de otoño-invierno”, expone Laura Madariaga.

Los profesores reconocen que la importancia de la huerta viene de la responsabilidad en la alimentación y el medioambiente. Los productos que más químicos tienen, según comentan, son las hortalizas. Y paradójicamente, son los alimentos que consumimos crudos, pudiendo producirnos enfermedades de todo tipo.

Pero ¿cómo evitar los químicos en el caso, por ejemplo, de las plagas? 

Hay métodos caseros que vienen del conocimiento popular, inclusive comprobados científicamente, que tienen incidencia sobre plagas e insectos. Es el caso del preparado con ajo y alcohol, otro con ají, otro con jabón blanco, todos para combatir los pulgones”, enumera Laura.

Pero lo primordial, según comenta, es lograr un equilibrio en todos los sentidos: que haya plantas de colores, hortalizas y aromáticas. Que haya bichos malos pero más bichos buenos. Sí, bichos buenos: las famosas “vaquitas de San Antonio” o los “bichos palo” son beneficiosos para la planta, porque se comen los insectos “malos”. 

La idea es llegar al equilibrio propio de la naturaleza. La naturaleza no tiene problemas, al problema lo trae el hombre”, agrega la especialista. 

Otras recomendaciones

Además de tener una huerta, los profesores recuerdan que es necesario aprender a cocinar verduras y hortalizas para obtener el mayor beneficio de éstas, sin perder sus nutrientes en la cocción. 

Otro eje que se trata en el taller es el cuidado del medioambiente: según explican, de nada sirve producir los alimentos que ingerimos pero generar cantidades enormes de basura y contaminación ambiental.

Para finalizar, Laura recomienda: “A veces cuando vamos a la verdulería encontramos dos tipos de verdura. Por ejemplo, la acelga: una es grande, linda, sin agujeros, parece de plástico. La otra es más opaca, pequeña y quizás tenga agujeritos. Yo elijo la que está comida por los bichos, porque si la eligieron es porque tiene menos químicos. Los bichos se van cuando las lavamos, los agroquímicos no”. 

En la Fanpage de Huertas Agroecológicas anuncian cuando realizan talleres, tanto en San Miguel de Tucumán como en Yerba Buena. El próximo se realizará este viernes 10, en Yerba Buena, 17:00 en Namaste (Av. Aconquija 2826).