La luz mala del campo: el mito rural que toma espesor en Tucumán
¿Mito, realidad, o fosforescencia orgánica?: una de las leyendas tucumanas más fuertes en las zonas rurales.

Te compartimos lo que escribieron nuestros amigos de Tucumán Paranormal al respecto de ese mito tucumano que es muy famoso en las zonas del campo, y que hasta parece tener un nombre propiamente naif: la luz mala.
En las zonas rurales de Tucumán el mito recurrente es el de “la Luz Mala”, que aparece en la noche y asusta a los lugareños, que hasta dicen que esa luz los persigue y se lo adjudican a las almas en pena.
Don Segundo Molina, hombre de campo nos cuenta: “A mí me ha tocado ver luces en el campo, para mi ese fenómeno ocurre cuando los huesos de los animales largan el fósforo, se ve como un humo luminoso”.
En nuestra recorrida por zonas rurales hablamos con un párroco de la Iglesia de un pueblo, quién nos contó que en algunas ocasiones ha tenido que ir a bendecir casas de algunas personas que dicen ser atormentadas en las noches por fenómenos inexplicables. Situaciones que son extraordinarias, no son comunes.
“Normalmente bendecimos las casas. Yo cuando voy a bendecir una casa, es porque se sienten ruidos, porque no se puede dormir, primero hago una breve catequesis, invito a la gente a cerrar los ojos, a pedir a Dios el don de la paz”.
“Cuando uno siente por ejemplo una presencia agobiante en una casa, muchas veces tiene que ver con que quienes la habitan puede que no estén en paz. Entonces van transmitiendo también en su espíritu una pesadez. Me ha pasado varias veces eso de percibir una negatividad. Yo detecto todo eso en la mirada de las personas. Una persona que no mira a los ojos no está bien”.
Un vidente que prefirió mantenerse en el anonimato, confirma que lo llamaron para pedirle asesoramiento a principios del año pasado por la supuesta “chica poseída” de Santa Lucía.
“Me consultaron los familiares, pero nunca vinieron. La chica no completó el juego de la copa, por eso quedó así”, recuerda. Aunque los padres de la joven dijeron que fue un “brote psicótico”.
“La maldad se cristaliza a través de ritos satánicos, a través de amuletos que se arrojan en las casas para que a otros les vaya mal. Andar adivinando, andar en brujerías, en magias negras, no es propio de una persona de fe y de buen corazón”
Que las hay, las hay, dicen las personas del campo. Para nosotros el imaginario popular no descansa. Las lenguas no se paralizan. La gente comenta. Los relatos se cruzan, enriquecen y estallan en el temor de los incautos. La intriga atrae al curioso. Y los mitos, lejos de aplacarse, se cocinan a fuego voraz en rondas de voces que se entusiasman con el morbo.
Según cuentan algunos estudiosos de los mitos populares, la luz mala es conocida también como el "farol del diablo", y es común en las zonas de Argentina, Chile y Bolivia, y es llamada farol porque se mueve de un lado para otro.
No son pocas las experiencias de tucumanos que afirman haber presenciado alguna vez este tipo de fenómeno. Sin embargo, la ciencia tiene una explicación. Según los investigadores, esta luz que puede divisarse en las zonas rurales durante las noches más oscuras, es nada más y nada menos que la fosforescencia producida por la descomposición de las materias orgánicas que están sobre el suelo o enterradas a poca profundidad.
Otros, creen que la famosa Luz Mala puede deberse al resplandor que produce la luna sobre esqueletos de animales muertos.
A pesar de las explicaciones que se puedan dar desde la lógica, sin embargo, solamente quienes han atravesado este tipo de experiencias tienen sus teorías al respecto, y sobre todo, son quienes eligen qué creer.