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Una interna que define más que candidaturas

2023, AÑO ELECTORAL

No hay semanas tranquilas en la previa a las elecciones. Mientras el oficialismo avanza confiado, en la oposición intentan solucionar las internas y salvar el frente electoral. Beneficiados y perjudicados de una ruptura que parece no tener retorno.





La interna opositora es un tema recurrente en la agenda provincial. Es que la ruptura, cada vez más cerca de lo irreversible, entre los dos principales líderes de Juntos por el Cambio, Germán Alfaro y Roberto Sánchez, puede ser lo que defina con mucha anticipación la elección provincial. Pero no sólo la gobernación estará en juego el 14 de mayo, sino otros espacios menos importantes que conducir los destinos de la provincia pero que para algunos son la vida: las intendencias hoy en manos de la oposición. Esos espacios también se pondrán en cuestión, en caso de que la ruptura principal se derrame hacia abajo, algo muy probable. La definición de la interna de Juntos por el Cambio no es algo menor.

La ruptura alcanzó los términos legales: el lunes pasado se anotaron tres frentes distintos de espacios que forman parte de JxC. Sánchez había aventajado a sus (¿ex?) aliados con el nombre oficial; Alfaro buscó uno similar y anotó, mediante dos partidos aliados al PJS, al frente Juntos para Cambiar Tucumán; el PRO Tucumán, por las dudas, anotó un tercer frente que contaría como desprendimiento de JxC, llamado Alianza Compromiso Pro Tucumán. Este quiebre se puede enmendar, legalmente, con la presentación de listas de candidatos el próximo 12 de abril.

Pero más allá de los fríos plazos legales, la atención de todo el espectro político se posa sobre las actitudes más o menos belicosas de quienes festejaban felices y unidos aquel 40% de noviembre de 2021. Justamente el nombre de las listas fue un punto de disputa. El PRO arrojó la primera piedra. Cuando Sánchez anotó el nombre oficial de JxC, el partido macrista lo impugnó ante la JEP, que le terminó dando la razón al radical. A pesar de su permanente defensa de "la Justicia", el PRO cuestionó el fallo y lo vinculó con la "mano negra" del gobierno. Las impugnaciones no quedaron ahí: luego de la inscripción de las tres listas "cambiemistas", representantes del "sanchismo" cuestionaron el nombre "Juntos para Cambiar Tucumán", dado que no se distinguía considerablemente del oficial. Tema por resolverse.

Al día siguiente, a pesar de que algunos dirigentes declararon que todavía hay margen para recomponer las relaciones, fue un dirigente alfarista el que volvió a patear el hormiguero. Rodolfo "Jhonny" Ávila, concejal de San Miguel de Tucumán y cuñado del intendente, apuntó a Sánchez y dijo que "destruyó JxC" y que "dejó a los tucumanos sin oposición, siendo funcional a Manzur y Jaldo". Su declaración, a través de Instagram, tenía dos fotos del líder radical con el gobernador. A Ávila se le atribuye un audio en el que se refiere en duros términos a la UCR y asegura que no les entregarán la municipalidad, punto clave en las negociaciones.

La interna de JxC, como ya se dijo, no es menor. Por un lado, puede definir las elecciones anticipadamente, como lo reconocen los mismos protagonistas ("si vamos separados, no tenemos ninguna chance de pelear la Gobernación", se los escucha decir). Por otro, corre las expectativas de votos del resto de las fuerzas. El otro que festeja una ruptura es Ricardo Bussi, cuyo partido, Fuerza Republicana, se ve perjudicado en un escenario de polarización. Al dividirse uno de esos polos, sus acciones suben. Su alianza con el ultraderechista Javier Milei le rinde frutos en su posicionamiento y ya piensa en cuántos legisladores tendrá a partir del 14 de mayo (quién sabe durante cuánto tiempo, dada la tendencia de los parlamentarios de FR a romper, armar monobloques y sumarse luego a otras opciones opositoras).

También el peso simbólico de Tucumán en el escenario nacional le da cierta importancia a la elección y a la composición de las fuerzas que allí jugarán. Tal como se señaló, en 2015 fue un punto clave en el triunfo de Mauricio Macri en las presidenciales, como así también lo fue en 2019 para Alberto Fernández. El gobernador Juan Manzur espera tener una performance destacada para dar el tan ansiado salto a la escena nacional. Juntos por el Cambio, por su parte, atraviesa crisis en varias provincias y no alcanzan los teléfonos desde la centralidad porteña para intentar ordenar las internas. El mismísimo Macri (luego de un mes de extenuante trabajo en el mundial de Qatar y casi dos meses en el country Cumelén de Villa La Angostura, donde mantuvo fatigosas reuniones con los referentes del PRO, previo a pasar un mes en Zurich, Suiza, donde lo espera una agitada agenda de trabajo y más trabajo) intervino en la interna tucumana, mediante un llamado a Roberto Sánchez. Es una forma de decir, dado que su intervención no cambió demasiado las cosas: el contacto fue el domingo previo a la inscripción definitiva de tres listas diferentes de JxC. Como sea, el llamado del ex presidente evidencia que las eleccioens del 14 de mayo no serán una instancia más. Y las idas y vueltas de Alfaro y Sánchez pueden definir mucho de esa instancia.