Último adiós a Don Arias: " No creía que era tan extensivo el amor y el cariño"
El hombre falleció en el día de ayer y su familia lo recordó en diálogo con eltucumano. VIDEO.

Hugo Vicente Arias falleció a los 85 años. También conocido como el señor de las lapiceras y con su infaltable traje, el hombre formaba parte del paisaje habitual de algunos espacios académicos. Tras conocerse la noticia de su muerte, su familia comenzó una odisea durante todo el día de ayer para conseguir su traslado y el servicio de sepelio. Finalmente, el último adiós comenzó esta mañana a partir de las 9 y se extenderá hasta las 16 en una sala velatoria ubicada en Jujuy 537. En este marco, el móvil de eltucumano habló con Carmen, su esposa y compañera de sus últimos años de vida.
“Estaba atravesando una enfermedad. Hace tiempo venia mal de salud. No la venia pasando bien y estaba muy delicado. En los últimos días estuvo conmigo, le hice escuchar música y le hablaba. Estábamos contentos porque le iban a sacar el respirador, pero no ha llegado hasta ese momento porque estaba re delicado”, relató la mujer.
Su historia de amor comenzó en el año 2002 y Carmen tiene los mejores recuerdos: “Es un excelente hombre, buen esposo y buen amigo. Salimos juntos a caminar las calles de Buenos Aires y de Tucumán a vender. Tengo muchos recuerdos hermosos y momentos muy lindos vividos con él”.
Reconocido por vender lapiceras en facultades como Derecho o Filosofía y Letras, el hombre vino de buenos aires y comenzó a vender lapiceras y stickers a los estudiantes. Tenía lugares como escuelas y facultades que les permitían entrar a vender sus productos.A pesar de esto, Carmen y su familia no imaginaban que el hombre fuera tan querido: No creía que era tan extensivo el amor y el cariño de los chicos de la facultad y de las escuelas. Toda su vida ha sido un hombre caritativo y bueno. Siempre ayudaba, los chicos a veces le querían pagar los productos y él decía que no. Siempre tenía ese cariño por los demás”
Los tucumanos no olvidan al hombre que con lluvia frío o calor salía a vender sus lapiceras. Su familia lo recuerda de la misma manera y Jessica, su nuera, quien habló con La Tucumana de Mañana, resaltó sus ganas de trabajar y seguir adelante: “Todo Tucumán sabe quién era Don Arias, el hombre de las lapiceras, para nosotros fue un ejemplo de trabajo y de valores, resistente y fuerte. Fue perseverante hasta el último momento, en lo que mejor sabía hacer: ser un buen laburante. No todo significó pobreza o que el necesite dinero, sino más que nada fue una persona de laburo, alguien que fue criado así. Muchas veces le decíamos que no vaya a trabajar, se quedaba en la casa porque no lo dejábamos salir y se notaba la tristeza en su mirada. Nos juzgan por mandar a trabajar a una persona grande a la calle o decían que pasaba hambre. Me gustaría dejar en claro que no era alguien necesitado, sino que siempre fue un laburante desde chico y que en grande se sentía útil de esa manera”
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