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"No se aprendió nada": la reflexión de "Barbarita" Flores, la tucumana que lloró de hambre en la crisis del 2001

alimentos de desarrollo social

Bárbara, hoy mamá de dos niños, se convirtió a principios de este siglo en sinónimo de la crisis que atravesó el país y que hoy parece repetirse. Habló de los alimentos no repartidos por el gobierno de Javier Milei y aseguró que “todo sigue igual o peor”.

En 2002, Bárbarita se transformó en el rostro de la crisis en Argentina.-





Bárbara Flores conmovió al país y al mundo en abril de 2002, cuando se convirtió en el rostro de crisis política, económica y social que Argentina atravesó en diciembre de 2001, al contar en televisión y entre lágrimas, que no había comido la noche anterior.

Hoy, a más de 22 años de ese día, la mujer de 30 años, se refirió sobre el escándalo de los alimentos que no fueron distribuidos por el gobierno de Javier Milei, de los cuales casi tres mil toneladas se encuentran en un galpón en Tafí Viejo. 

"Me enteré por los medios, no tenía conocimiento de la existencia de ese galpón. Nunca recibimos ayuda de ese tipo. Al ver eso me da impotencia, porque veo tanta necesidad en Tucumán y en el país, y que se esté pudriendo la comida ahí es bastante feo para nosotros", detalló en una entrevista con el canal C5N.

Allí, Bárbara contó que es madre soltera de dos hijos (Tiziano, de 9 años, y Francesca, de 8) y se quedó sin trabajo en diciembre, ya que cortaron su contrato como empleada de maestranza del Gobierno provincial. 

 Ante la situación que se convirtió en un escándalo nacional, fue inevitable que la joven se trasladase a su dura infancia, en la que sufrió hambre junto a sus seis hermanos: "No se aprendió nada. Sigue todo igual y hasta peor. Está todo tan caro que no se puede comprar ni para cocinar. ¡Vamos en decadencia! Yo quería un futuro mejor para mis hijos, pero como estamos no tengo futuro. Me siento triste al ver que siga la misma situación que en 2001".

"Vivo sola con mis dos hijos. Trabajé ocho años para el Gobierno, pero en diciembre me dejaron sin trabajo. Tenía la esperanza de que en enero iba a volver, pero pasaron seis meses y no recibí respuestas. Entonces, opté por hacer changuitas, ya que soy mamá soltera. Estoy vendiendo ropa y hago ferias virtuales. Mis papás me siguen ayudando", describió Flores acerca de su falta de empleo.

Al ser consultada sobre las necesidades que padece diariamente, se enfocó en la alimentación para ella y sus dos hijos: "Vivo con lo justo. La comida es para el día y si llega es para la noche, sino una taza de te, una fruta y a la cama. Y al otro día vemos qué cocinamos".

Por otra parte, expuso que junto a su madre, sus hermanas y cuñadas había llevado adelante un comedor comunitario, pero ante los inconvenientes económicos lo cerraron a los tres meses: "Yo quiero ayudar, quiero que ningún chico pase lo que yo pasé, que no se vayan a la cama con hambre como lo hice yo o mis hermanos. Es feo ver nenes en la calle y me siento imponente no poder ayudar".

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