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"Vivió con miedo que le hagan daño por su casa y terminó sucediendo": comienza el juicio por Gabriela Picciuto

EL CRIMEN DE CHACABUCO 59

Gabriela Laura Picciuto, una tucumana de 48 años fue encontrada sin vida en un tanque de agua de su propiedad, en pleno microcentro tucumano, en 2023. A días de cumplirse dos años del hallazgo, llevan a juicio al único acusado: su expareja.





Hace dos años el microcentro tucumano se veía revolucinado cuando el Ministerio Público Fiscal aplicaba el protocolo forense, ente la horrorizada mirada de los transeúntes. Un albañil había seguido el rastro de un mal olor mientras trabajaba en Chacabuco 59, hasta llegar al tanque de agua de la propiedad. Adentro, estaba envuelta en acolchados lo que quedaba del cuerpo de Gabriela Laura Picciuto, Gaby.

Gaby tenía 48 años, había nacido en Monteros, pero pasados los 20 años de edad se mudó a la capital tucumana. La relación amorosa más estable que tuvo fue con José Luis Fumero, con quien contrajo matrimonio y tuvieron una hija en común que permanece en custodia de una abuela. A partir de su divorcio, había quedado en sus manos una gran propiedad del microcentro, en donde contaba con locales comerciales y pequeñas habitaciones que alquilaba a estudiantes. Esta, era su principal fuente de ingresos.

Tras el hallazgo, el MPF informó que se investigaban distintas líneas para llegar a los posibles asesinos, ya que el hallazgo se dio un 12 de mayo del 2023, pero el crimen se habría cometido entre el 9 y el 11 de marzo. Los apuntados fueron Fumero, su exmarido, Facundo Salomón, su última pareja y detenido en Río Tércero (Córdoba), Natalia Liberman y Alfredo Socci, que alquilaban una habitación en la casa, y Sofía di Gianni, amiga de la última pareja.

Todos, excepto Salomón, fueron sobreseídos. Sobre el acusado, el MPF acusó lo siguiente: entre el 9 y el 11 marzo de 2023 aproximadamente, en una vivienda ubicada en la planta baja del fondo del domicilio de calle Chacabuco 59, perteneciente a Gabriela Laura Picciuto, Franco Leonardo Salomón, ex pareja de la misma y con quien residía en ese inmueble, sirviéndose de un elemento duro animado de fuerza y velocidad, por motivos que se desconocen, y con intenciones de causarle la muerte, la golpeó en su cabeza, provocándole un traumatismo encéfalo craneano (TEC), que la condujo al fallecimiento.

Una vez fallecida Picciuto, Salomón procedió a esconder su cuerpo en una cisterna de mampostería ubicada en el interior de la propiedad, cubriéndolo con prendas de vestir, ropa de cama y bolsas, sellando incluso la parte inferior de la cisterna con ladrillos y mampostería hasta que fue hallado el 12 de mayo en muy avanzado estado de descomposición.

A. fue amiga de Gaby por una década. En las semanas posteriores al hallazgo, en conversación con eltucumano.com, contó un poco sobre la víctima de este cruel asesinato: “La casa de mi amiga la hallaron vacía, llena de grafitis y dibujos horribles, dijeron que su casa era un desfile de gente, que era adicta. Mi amiga vivía por y para su casa, que las plantas, que el tapetito, que el mantel nuevo… todo lo hacía para dejarle esa herencia a su hija. Era ahorradora, era medida con los gastos, era desconfiada. Muchos hablaban de su carácter, pero no saben que mujeres como ella y como yo, cuando estamos solas para todo, tenemos que forjar nuestro carácter, tenemos que tener otra personalidad más fuerte. Ella vivía con miedo y desconfiando de que se iban a aprovechar de ella y de su casa, y le terminó pasando. Quiero justicia por ella, y que se dejen de decir cosas que no eran” había remarcado en aquella oportunidad.

Esta semana, la justicia tucumana brindaría más detalles sobre la sentencia por el asesinato de esta mujer que había expresado poco antes de su trágico destino “soy una mujer muy sola en una casa muy grande”.