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"Estoy viviendo un sueño": Diarte, fanático y refuerzo de San Martín

SUPERLIGA

A los 2 años ya iba a la Pellegrini y Rondeau con su viejo. Siguió al Santo a todas partes y esta noche estampó la firma luego de jugar en Estudiantes de La Plata. El clásico contra Atlético inolvidable, la final en Adrogué y el festejo a la distancia por el ascenso a Primera.

Lucas Diarte jugó con Joaquín Correa en el Pincha. Llega con todas las ganas del mundo. La foto es del diario El Día.





Tenía apenas dos años y ya estaba en los hombros del padre en la Pellegrini y Rondeau: "Ahí, en ese codo empezó todo", cuenta esta noche Lucas Diarte, quien dejó Estudiantes de La Plata para cumplir con lo que siempre quiso: jugar en Primera con San Martín. "No caigo, estoy viviendo un sueño", jura el defensor de 25 años.

Después de pasarse a la Bolívar con sus hermanos y un paso breve por la platea, el lateral que estampó la firma con el club esta noche recuerda los tiempos más difíciles y también las alegrías junto al Santo: "Una vez jugábamos con Concepción por la Liga, y ahí estábamos haciendo el aguante. Llovían piedras, gases. Uno se emociona porque ahora ve a San Martín en lo más alto del fútbol argentino".

Justamente, el lunes próximo San Martín dará inicio a la pretemporada para jugar la Superliga. Y en el fixture figurará un choque muy especial, el que espera toda la provincia: "Sí, vuelve el clásico. Me acuerdo como si fuera ayer del 2 a 0 con los goles de Chocolatín Vera y Villalba. Habíamos ido tempranísimo ese día porque el partido se jugaba a las 11. Qué fiesta".

A los 17 años, Lucas Diarte dejó Central Norte, se despidió de barrio El Bosque y fue a jugar a Central Córdoba a Santiago del Estero donde se afianzó como titular, tal como lo logró cuando llegó al Pincha y reemplazó a Álvaro Pereira: jugó 41 partidos en los platenses, pero nunca dejó de seguir a San Martín.

Tal es el sentimiento que Diarte tiene por el Santo que aprovechó los contactos del fútbol para una situación muy especial: "Jugué con Minavedino, de Brown de Adrogué, en Central Córdoba. Fuimos compañeros. Y me animé a pedirle una entrada para ver el último partido de San Martín en esa cancha. El problema fue que tenía que ir a la platea local, lo vi rodeado de hinchas de ellos. Fue un infierno", le cuenta a eltucumano.com.

El tiempo, como todos saben, dio revancha: "Fuimos de vacaciones a Estados Unidos. Allá seguimos por el celular la final con Sarmiento. Estábamos al lado de la pileta y gritábamos los goles. Los yanquis no entendían nada", se ríe Diarte, quien hace diez días está en Tucumán, y asegura que su llegada se dio tal cual lo esperaba. 

"Fue todo muy rápido, hablaron con mi representante, me preguntó y le dije sin pensarlo dos veces: 'Dale para adelante'. Hoy firmé y el lunes estaremos a las órdenes del cuerpo técnico", cierra el nuevo refuerzo que se cruzó con Marcos Figueroa, el delantero que llegó desde Temperley y también abrochó su pase. "Los amigos, la familia, el teléfono no para de sonar. Estoy cumpliendo un sueño. Y voy a dejarlo todo".