Para siempre: réquiem para San Pusineri, el primer Santo Celeste y Blanco
Atlético Tucumán ganó 1-0, pero Lucas Pusineri presentó la renuncia. De la ilusión más grande a una despedida con dignidad. La promesa cumplida, lo que quedó y lo que vendrá.

Saludo final de Pusineri a la platea. (Foto: Facebook Atlético Tucumán)
El día que Lucas Pusineri aterrizó en Tucumán le prometió al Pueblo Decano "dejar un legado". Durante todo su ciclo, que se extendió durante más de un año, se mantuvo fiel a su compromiso de "defender el escudo" de Atlético Tucumán. El sueño eterno de 2022 le permitió convertirse en San Pusineri, el primer Santo Celeste y Blanco. Su renuncia indeclinable tras una victoria, lo enaltece.
Besos a la estampita que escondía debajo de su saco, misas en San Roque y la Fe Decana. Cuando todo era desazón, la Resurrección fue posible bajo el manto de San Pusineri. De la mano de sus apósteles, volvió a 25 de Mayo esa sensación de que El Monumental era una fortaleza y de que Atlético le podía hacer partido al que sea donde sea, como manda la historia del Gigante del Norte.
Qué viaje de la mano de San Pusineri: de aquellos cojones mostrados ante River a La noche de los golazos inimitables contra Barracas Central, la racha ganadora, la ilusión más grande de todas y el robo en la Bombonera, hasta aquel penal de Ramiro Carrea, que justo ahora está volviendo.
Lampe; Garay, Bianchi, Capasso, Orihuela; Tesuri/Rius, Acosta, Carrera, Pereyra; Coronel, Lotti. Menéndez, Ruiz Rodríguez y algunos más alternaban, pero esa fue la base del equipo que saldrá de memoria porque quedó marcado a fuego, porque acarició la gloria, porque estuvo a nada de ser campeón.
Hubo dudas, pero Pusineri se quedó a pelearla. Algunos se fueron y dejaron dólares en las arcas Decanas, algo inédito para el fútbol tucumano. Otros se quedaron, pero el fútbol no fue el mismo. Quedan pibes afianzados, como Nicolás Romero. Hay futuro, aunque no hubo milagro posible en 2023.
El técnico probó y probó, pero el andar errático hizo que el hincha primero siembre dudas y luego pida esto: un adiós decoroso, un mimo final, un despedida como las que se merecen un caballero como Pusineri y El Pituco de Barrio Norte.
El técnico explicó que no puede dirimir su destino fecha tras fecha. Que su proyecto no permite especular en la cornisa: que si gana se queda, que si pierde se va. Con el triunfo todavía caliente, decidió decir adiós, sin rodeos. El último grito sagrado lleva la firma de Coronel, El Evangelio de San Mateo, uno de los devotos más fieles de San Lucas.
Sonó el pitazo final y explotó la de Leo Dan, la que canta El Pueblo Decano y que dice "las horas más lindas las paso contigo...". La gente de Atlético no sabía que era la despedida, pero fue un final digno, a la altura de un proceso que será muy recordado por los siglos de los siglos. Amén.
Las horas más lindas llevarán para siempre la marca de San Pusineri. "Pasamos muy malos momentos, los buenos ya van a venir..." cantabas cuando todo era oscuridad. Y vinieron. Pusineri fue la luz. Pero la vida sigue, Pueblo Decano: ya suena Javier Sanguinetti por 25 de Mayo y Chile.
Tomemo, somo Atlético. Un beso a la estampita del primer Santo Celeste y Blanco y el recuerdo eterno de San Pusineri, el hombre que cumplió su promesa de dejar para siempre un legado en Atlético Tucumán.
Estas son las últimas imágenes de Lucas Pusineri en 25 de mayo y Chile. pic.twitter.com/uXc9KgZPS7— LTA (@LTA_Oficial) July 1, 2023