"Que haga ruido": el beso en la boca entre un hincha de Atlético y uno de San Martín
HISTORIAS DE ACÁ
Rompen el silencio quienes crearon el mural en Catamarca y Marcos Paz, la obra de la que hablan las hinchadas más populares de Tucumán: cómo surgió la idea, qué les dicen los Decanos y los Cirujas y el secreto detrás de escena. VIDEOS

"Te voy a matar de amor, violencia en el fulbo local" (Mural, 3mts x 4mts)
Al hincha de Atlético de la izquierda le queda pintada la camiseta celeste y blanco tradicional. Al hincha de San Martín de la derecha, le queda calcada la histórica roja y blanca. Uno viene caminando por la Catamarca desde la Corrientes y el otro por la misma calle desde la Santa Fe. Hasta que se encuentran. Uno es Decano y el otro es Ciruja: ambos se miran de reojo, se relojean, vuelven a mirarse, pero ahora de frente, y cuando están por decirse algo, con las caras tan cerca que se sienten el aliento, todo todo queda sellado por un beso.
Es el beso hecho mural en una pared de tres metros de alto por cuatro metros de ancho que Ruido ha intervenido: en ese lienzo blanco de cemento donde no había más que una fachada vacía, ahora vive el amor inmortal entre dos hinchas, cada uno con su pasión a flor de piel, tocándose las caras, cerrando los ojos, labio contra labio, sintiendo ese amor tantas veces inexplicable cantado en las tribunas de 25 y Chile o de Bolívar y Pellegrini, pero ahora ya no por sus equipos ni contra el rival, ya no contra las Zulmas ni las Teresas, ni las chicas de 25 ni las Minifaldas sino por el chico que les gusta que es del otro equipo, nada más, ni nada menos.
“Si desde El Bajo se sube hasta barrio Norte por la calle Marcos Paz hasta chocarse con la Catamarca, está la pared con el mural: no hay forma de no verlo. O girás a la derecha o girás a la izquierda, pero tenés que verlo. Y verlo te interpela, te incomoda, te gusta, te da bronca, te encanta, no te gusta, pero algo te genera y que te genere algo es lo que buscamos”, le cuenta Ruido a el tucumano sobre el mural del que hablan las dos hinchadas más populares de Tucumán.
Ruido es una pareja de artistas conformada por Véronica Corrales y Fernando Gallucci, ambos capaces de haber dejado un silencio ensordecedor en muchos de los transeúntes tucumanos que han pasado, pasan y pasarán desde hace unos días por la esquina de Marcos Paz y Catamarca, al frente de Emi, si quiero construir voy a Emi, justo para deconstruir tanto hincha de pelo en pecho cantándole al otro que le van a romper el culo, que le van a demostrar quién se la banca más, haciéndolo hasta bandera con dos hinchas también, uno de San Martín, otro de Atlético, pero según la cancha, uno en cuatro y el otro de pie.
“Fue algo bien en conjunto lo que decidimos hacer con mi compañera. Venimos haciendo trabajos en base a la carencia de afecto, de besos y de abrazos. Por lo general pintamos diablillas y veníamos haciendo chicas besándose. Hasta que surgió esta idea basada en una foto de Maximiliano Mamaní, en Jujuy, llamada El Beso Marica, entre un hincha de Boca y otro de River. Vimos la foto y decidimos replicarlo y contextualizar con las camisetas de Atlético y San Martín”.
“Los vecinos de los terrenos del ferrocarril nos cedieron la pared: sabían que iba a ser un besito y al final pintamos las camisetas. Justo ese día jugaba Atlético: pasaban los hinchas y los hinchas no sabían qué hacer. No sabían si insultarnos o qué”, relata el co-autor de la obra, quien se define como hincha de San Martín y también de Atlético: “Soy tucumano, pero en Buenos Aires me hice hincha de los dos. Es Tucumán contra el mundo y ese es un poco del grito: aguante Tucumán”, explica y aclara que su compañera no conoce la cancha, no conoce la mística del estadio: “Pero yo lo he vivido con las dos hinchadas y es algo agradable”.
“Eso de querer romperle el culo al otro equipo está relacionado con la violencia sexual y está esa cosa fálica por quién es más macho por querer romperle el culo al otro. Por eso el mural se titula: ‘Te voy a matar de amor, violencia en el fulbo local’. Como futbolero es raro usar despectivamente eso de ‘Las chicas’ para referirse al rival. A mí me parece hermoso decir ‘Las chicas’. No me parece violento, me da gracia. Pero ante tanta violencia, surgió la idea de chapar entre un hincha de Atlético y uno de San Martín. Como que se digan: ‘Sos tan lindo que me voy a morir de amor’”.
Esta nota que algunos hinchas no terminarán de leer escandalizados por los conceptos vertidos en majestuosa exposición oral por Ruido afirma que: “Estamos en 2020, los insultos homofóbicos, sexuales o descalificadores para la mujer están pasados de moda. El odio ya fue. Hay que militar por ese lugar del amor. Yo les pregunto a los hinchas que dicen cuando miren el mural: ‘No me gusta que se besen’. ¿Qué te gusta más? ¿Que se maten? Pararse en ese lugar y que en ese lugar se cuestione lo que sentimos es importante: ¿seguir viviendo en el pasado o me gusta más esto?’”
Oíd, Santos y Decanos, oíd el grito sagrado, oíd el ruido de rotas cadenas, oíd cómo suenan dos bocas que se besan: “El verdadero partido está en la calle. En inglés al hincha se le dice supporter: el que soporta. Hay que soportar al otro, hay que ejercer la militancia del afecto. Si vas caminando o en auto, en cada esquina andamos buscando una excusa para violentarnos: si es Cristina, si es Macri, si es Atlético, si es San Martín. La necesidad de violentarse te genera mucha tensión”.
“Fijate que entre los varones homofóbicos está eso de molestarse el uno al otro, de golpearse, de hablar de lo que al otro le molesta, y eso es una forma de quererse. Así como pasa eso, esto que hacemos a través de un mural es una forma de revisar las sociedades patriarcales machistas del norte argentino. El otro sí importa: puto, teresa, esto trasciende al fútbol”, cierra Ruido, afónicos con el gol de media cancha sobre la hora que metieron a cancha llena: cuatro horas les llevó hacerlo, justo un domingo a la tarde, como un domingo de fútbol, como un domingo de fútbol más.

