"Dicen que somos satánicos": la verdad sobre la religión umbanda en Tucumán
Historias de acá y el más allá
Nicolás Figueroa es sacerdote de la religión umbanda en Villa Quinteros donde debió afrontar varias denuncias de sus vecinos por los rituales y las ofrendas que realiza. Por primera vez revela su verdad y rompe con algunos mitos que demonizan a este culto: “No existen malas religiones, existen malos religiosos”.

El pae Nicolás realizando una ofrenda a los espíritus umbandas.
Cuentan las malas lenguas que invocan a espíritus maléficos, que protegen a malvivientes en sus actos delictivos, que sacrifican animales y hasta personas. Mucho es lo que se dice y muy poco lo que se sabe respecto a la religión umbanda en Tucumán. ¿Cuál es la verdad acerca de este culto africanista surgido en Brasil a principios del siglo XX que ha sido demonizado y estigmatizado a lo largo de los años? Carlos Nicolás Figueroa es babálorixá de oxalá, pero todos en Villa Quinteros lo conocen como el Pae Nicolás Figueroa, es decir, un sacerdote de la religión umbanda. A raíz de unas publicaciones que se viralizaron en las redes sociales donde se alertaba sobre extraños rituales, el joven de 29 años tuvo que salir a explicar el significado de la ofrenda realizada semanas atrás a los espíritus caboclos que representan a los aborígenes sudamericanos. Del mito a la espiritualidad, de la superstición a la fe, de los afrobrasileños a los tucumanos, ahora, por primera vez, Nicolás corre el velo de oscurantismo que los chismes llevan de un rincón a otro y revela su verdad.
“Me atrapó, me sentí bien, cómodo”, describe Nicolás lo que fue su primer encuentro con la religión umbanda a los 17 años cuando conoció un “terreiro”, como llaman dentro del culto a los templos. Ese fue el inicio de un camino de fe que se afianzó hace seis años cuando viajó a la provincia de Corrientes a conocer a quien es su guía espiritual, la mae Miriam Krakowski de Oiá, muy reconocida entre los umbandas de todo el país. Ahí se consagró como pae de la religión que profesa en su Villa Quinteros natal y que ha despertado rumores y suspicacias de todo tipo entre sus vecinos: “En la localidad fui denunciado varias veces por el hecho de pertenecer a una religión que muchos no conocen; por profesar una fe distinta a las demás. Me denuncian por las ofrendas, dicen que hago brujerías y cosas así, pero eso es mentira. La gente teme cuando ve ofrendas que suelen encontrar en calles y ríos, pero son todos elementos que forman parte de una ofrenda a los guías espirituales que nos acompañan y a quienes les pedimos por bienestar y por la apertura de caminos, no es nada malo. Esta es una religión, en Argentina no hay ninguna ley que no nos permita profesar la religión umbanda”.

La mae Miriam Krakowski de Oiá oriunda de Corrientes.
Para el pae Nicolás, esos prejuicios y temores han sido alimentados por el desconocimiento de la gente respecto al culto que profesa. Como sucedió semanas atrás cuando descubrieron al oeste de León Rougés unas de las ofrendas que realizó a la vera del río Ibatín. El periodista Carlos Rosznercki publicó unas fotos donde se aprecian los restos del ritual y esas imágenes generaron una ola de rumores. “Lamentable que haya gente dispuesta a hacer invocaciones y esas cosas para hacer daño...de que existe el mal es real”, comentó Verónica Díaz en la publicación. “Son ofrendas a un Dios pagano del mal que suelen hacer los días jueves mayormente creo que es, en un decir, brujería”, escribió por su parte Juana Faustina Velárdez. Ante esos comentarios infundados, Nicolás tuvo que salir a aclarar la situación a través de un texto que fue replicado en la cuenta de Facebook del periodista. En la publicación, el pae explicó que se trató de una ofrenda umbanda y no un ritual de magia negra, como muchos insistían.
¿Qué fue lo que pasó? El pasado 20 de enero es la fecha en que los umbandas homenajean a los caboclos, espíritus de los aborígenes nativos sudamericanos y de sus descendientes mestizos. Por eso, Nicolás fue hasta la orilla del río Ibatín para agasajar a esos espíritus con frutas, maíz, pochoclo, vinos, tabaco y velas. También dejó un papel con los nombres de familiares y amigos con pedidos o agradecimientos a estas fuerzas: “Los caboclos fueron indígenas y son espíritus de luz, con mucha evolución espiritual. Es una fecha muy especial para los que pertenecemos a la religión umbanda donde se les pide por salud y apertura de caminos o se les agradece a las divinidades. Les pedimos bendiciones y axe, que es la energía que nos auxilia día a día para que nuestro destino se torne favorable, para que estemos bien”.
“Yo salí a hablar y a aclarar a la sociedad para defender mi creencia, no me gustaría que personas mal intencionadas manchen nuestra maravillosa religión umbanda que, además, está dentro de los credos reconocidos oficialmente en nuestro país. Nosotros no creemos en la existencia de satanás o el diablo, pero sí creemos en el bien y el mal. Siempre la sociedad nos relaciona con las sectas… dicen que somos satánicos, brujos. Nos vinculan a muchos pae con santos que están relacionados a la delincuencia y a cosas malas. Pero no adoramos a demonios ni a lucifer. Considero que no existen malas religiones, existen malos religiosos”, explica el pae umbanda de Villa Quinteros quien suele ser requerido por creyentes de distintos credos que buscan ayuda espiritual para resolver problemas familiares y personales como, por ejemplo, adicciones: “He atendido a varios jefes de policía y a gente desesperada que busca alguna solución ante las dificultades que tienen. Quiero dejar en claro que yo no vivo de la religión, sino que profeso la religión por amor. Yo tengo mi trabajo, soy empleado público y esto es parte de mi vida. Mucha gente recurre a mí porque me sintieron nombrar por ahí”. Nicolás aclara que nunca pide dinero a las personas que acuden a él, sino que estos colaboran con frutas, monedas, llaves, maíz y otros elementos para realizar las ofrendas.

Según explica el religioso, el umbanda realiza un sincretismo entre formas de la espiritualidad africana y la religión católica. Se trata de un culto que rinde tributo a los ancestros étnicos africanos en nuestro continente: “En nuestra religión incorporamos varios elementos de la cristiandad, por ejemplo, San Jorge, que para nosotros es un orixá de la guerra. O San Marcos, a quien lo asociamos con Xangó, orixá de la justicia. Es un solo Dios para todos, pero con diferentes nombres. Para nosotros Oxalá es el equivalente a Jesucristo, la energía mayor, nuestro supremo”.
A lo largo de la historia, los sacerdotes y feligreses de la religión umbanda han sido muchas veces caricaturizados o ridiculizados como falsos líderes espirituales que hablan ese español atravesado de portugués que por acá se conoce como “portuñol”. En el mundo de la ficción, esa mirada peyorativa del culto afrobrasileño ha dado origen a personajes como “El Manosanta” que interpretaba por televisión Alberto Olmedo. También ha sido una usina prolífica de mitologías con algunos lugares comunes. Entre los más difundidos está el que dice que los umbandas invocan a espíritus demoníacos, pero Nicolás lo desmiente: “Se habla mucho respecto a la manifestación de las entidades y es cierto que se manifiestan espíritus, nosotros somos materia de ellos. Pero son espíritus que bajan a hacer caridad a la gente del pueblo, no son espíritus satánicos. En esta religión no tenemos nada que ver con el ocultismo”.

Otro de los rumores más escuchados por ahí respecto al culto umbanda es que sacrifican animales en sus rituales, de hecho, por estos días se ha viralizado en las redes sociales un mensaje que pide no regalar animales negros hoy 2 de febrero, ya que se trata de una fecha en que se realizan ese tipo de ofrendas en esta religión. El pae Nicolás explica que hoy es la fecha en la se rinde tributo a Iemanjá, la Señora de los Navegantes: “Es un día muy importante para todos porque es la data de Iemanjá y de animales no se hace ofrenda, sino que se la agasaja con miel, perfumes, maíz blanco, espejos, collares, aros… se ofrenda en el agua, pero como acá no hay mar, lo hacemos en el templo o en los ríos. Se le pide siempre protección y tranquilidad para la familia”.

Volviendo a uno de los aspectos más polémicos del culto, Nicolás no niega que haya algunos sacerdotes que sacrifiquen animales dentro de esta religión, pero asegura que él no lo hace: “La verdad que es muy delicado ese tema, yo trabajo el axe con frutas, hierbas y cosas naturales. Si tengo que hacer una limpieza a una persona, le pido maíces, velas o monedas y las uso para limpiar el campo de vibración y limpiar los obstáculos de las personas cuando no pueden salir adelante, para concretar algo o para estar económicamente mejor. Pero de eso no te puedo detallar más”.
“Nosotros los hijos de Oxalá somos siempre sociables y generosos. Como hijo de Oxalá somos visibles y notables y esas características son visibles en mí, por eso me sigue mucha gente. Como sacerdote fui elegido por los Orixas y sólo espero que la gente trate de comprender que somos religiosos y no satánicos ni brujos. Espero que la sociedad nos pueda comprender. Yo con orgullo amo mi religión y siempre subo fotos vestido de pae y haciendo ofrendas, no tengo por qué ocultarme porque esta religión es parte de mi vida”, comenta Nicolás para echar luz y espiritualidad ahí donde muchos ven sólo oscuridad y misterio.

