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"Nos ficharon mal": sacaron un turno en el Privé, entraron y pasó de todo

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Dispuesto a disfrutar de la experiencia al máximo, alquiló la habitación más cara de 1400 pesos, llegó en taxi y adentro del cuarto se dio con el gusto. VIDEO

Privé.





“¿Cuándo me vas a llevar a Disney?”, es una de las preguntas más difíciles de responder para padres y madres de Tucumán cuando pasan por la Diagonal Leccesse de Tafí Viejo con sus hijos e hijas y asoman las torres de los castillos del hotel Privé, uno de los más grandes del país y cuya estructura está basada en detalles medievales, lista para la batalla de placer de los cuerpos bajo techos de espejo y horas libradas a la imaginación.


Un mayor de edad que nunca haya sacado un turno en Privé sabe que no es Disney ni el Magic Kingdom, pero ahora conoce uno de los misterios mejor guardados de la provincia desde hace unas horas cuando el famoso youtuber Lesa, enamorado de Tucumán, se despidió de la provincia sin dejar de visitar in fraganti el hotel con un video que ya lleva más de 30 mil visitas y que no ha dudado en titular: “Este telo es el famoso Disney de Tucumán: Hotel Privé”.

Acompañado por Tadeo Bravo, su amigo tucumano streamer (LilBravo_), cargados de cámaras GoPro, micrófonos, drones, celulares en mano, transmisión en vivo por Twitch, la pareja se subió a un taxi tucumano y de entrada fue averiguando con José, el conductor, sobre el panorama que les esperaba en el famoso hotel: “Es el telo más famoso de Tucumán, pero también hay otros”, le respondió el maestro, amable.


“Durante la pandemia, con las restricciones, los tucumanos aprovecharon las habitaciones más grandes de los telos para hacer fiestas íntimas de hasta 10 personas como miniboliches, pero en un telo. Los tucumanos están en otro level sexual”, se sorprendía Lesa (Mauro Albarracín), llegando al Privé, y sorprendido con la buena onda del amigo taxista, quien le sacó el turno de 1400 pesos en la habitación más cara para después entrar a pie por los pasillos hasta la habitación 12, donde surgieron algunos momentos incómodos.


El amigo de Lesa olvidó un equipo y personal de seguridad los vio de lejos: “Nos sacaron la ficha mal”, dice el graph, mientras Lesa lo apuraba al compañero de la aventura y entraron a la habitación. “Nos toca la bandera boliviana, qué lujo. Es como la puerta de una casa. Este es el telo que yo les decía, ¿ves? Más que para c… lo hicieron para el cachengue. Los tucumanos son ingenieros de la joda”, dice Lesa mientras prende las luces del boliche e intenta hacer pole dance antes de pedir dos sánguches de milanesa cuando desde recepción insistieron con una pregunta muy seria: “¿Están grabando?”

Fascinados por la cama somier, con música de Ulises Bueno de fondo, el recorrido siguió por los yacuzzis y las duchas escocesas: “Podés ver las noticias en Crónica mientras hacés el amor, tenés doble aire, podés hacer bardo en el yacuzzi, qué gente buena, qué gente noble, che! ¡Y llegaron los sánguches! Allá la comida de los telos de Buenos Aires es malísima”, cerró la experiencia, para salir de nuevo a la luz del día, sin antes despedirse de “este Disney tucumano” con un bonus track imperdible que pasó a principios de abril. Imperdible.