La tarta de brócoli que se convirtió en heroína al impedir un robo en Barrio Sur

Rico, saludable, nutritivo, fuente de vitaminas A y C, potasio, hierro. Si algo le faltaba al brócoli para su consagración definitiva como hortaliza benefactora de la humanidad es transformarse, además, en un arma de autodefensa. En la tarde de ayer y en una esquina de Barrio Sur, el brócoli se convirtió en héroe. Esta vez, en forma de tarta. Es que Alejandra se valió del plato que había preparado Fanny, su mamá, para impedir el arrebato del teléfono de su amiga en una acción que recordó al Hombre Pie, el superhéroe encarnado por Homero Simpsons. Tiemblen malhechores y villanos porque la justiciera “Mujer Tarta” protege las calles tucumanas.

Minutos antes de las 20, Alejandra y Denisse, “Aleja” y “Denichi” para quienes las conocen, esperaban en la esquina de Jujuy y Las Piedras que una compañera de equipo las pasara a buscar para ir a entrenar. En la espera, Denichi atendía un llamado en su celular cuando fue abordada por un sujeto que, con un rápido movimiento, intentó arrebatarle el teléfono. Pero el malviviente no contaba con la velocidad de Aleja y su impensada arma secreta: una generosa porción de tarta de brócoli que usó como barrera entre las manos audaces del amigo de lo ajeno y el codiciado celular.

“Yo lo he visto cuando estaba al lado nuestro, a un metro. Él pasaba caminando, pero lo esperaba una moto sobre Las Piedras. La tenía en una bolsa a la tarta, pero no la tenía colgando, sino que la llevaba bien agarrada. Cuando el chico ha movido la mano, he puesto la tarta en el medio. Lo he bloqueado justo con la tarta que estaba en una bandejita de plástico”, relata la arquitecta de 32 años cómo fue que la hortaliza de la familia de las crucíferas salvó lo que era un robo seguro. Claro que ella aportó su habilidad, no cualquiera es ágil para el manejo de tartas ante un ataque sorpresa: “Fue un movimiento súper rápido”.

Tras el breve y confuso episodio mientras Denichi no salía de su estupor, Aleja no paraba de reírse: “Mi amiga se ha asustado y a mí me ha hecho tanta gracia que no sentí susto, sino que me he empezado a reír muchísimo por lo de la tarta. Al rato, le he mandado un mensaje a un amigo que se ha cagado de risa también. Después, cuando hemos llegado al fútbol, las chicas se han reído un montón”.

La tarta de brócoli, máxima heroína en este lío, fue obra de las laboriosas manos de Fanny, la mamá de Aleja que había incursionado en la elaboración de este plato. Lo que ella nunca esperó es que, además de rica, la tarta le saliera un preciso instrumento de defensa. Ni Maxwell Smart, el famoso Súper Agente 86, se valió nunca de un armamento de ese calibre nutricional. “Mi mamá decía que le tengo que dar el crédito por el arma”, revela la joven que le confirma a eltucumano.com lo sabrosa que le salió la tarta a Fanny: “Me la había dado para que la coma después del fútbol. La tarta sobrevivió, estaba perfecta, medio revoleada nomás, pero rica”.

La proción de tarta que usó Aleja para impedir el robo.

Aleja y Denichi, son la lateral por izquierda y la arquera de “Sin refill. No pida más”, el equipo de fútbol siete que el año pasado ganó la Copa de Plata del torneo femenino de Las Cañas. El lunes, cuando sucedió el frustrado intento de robo, estaban yendo a entrenar. Para Denichi, el episodio fue uno más de los sucesos extraños que suelen ocurrirle a Aleja. Días atrás, le habían robado una mochila que después apareció. Semanas atrás, se subió a un taxi y el taxista sacó un cuchillo. Y así siguiendo con otros variados y peligrosos episodios. Lo bueno es que estos acontecimientos suelen tener un final feliz: “Mi amiga me dijo que había sido culpa mía porque cuando está conmigo pasa algo… Y sí, siempre me pasan cosas raras, siempre hay una aventura, pero siempre se soluciona y después decimos: ¡wow qué pasó!”.

Aleja, a partir de ahora La Mujer Tarta, insospechada heroína de esta ciudad plagada de amigos de lo ajeno, recomienda la portación de estos platos saludables para combatir el mal: “Para autodefensa son 100% efectivas. Eso sí, también hay que tener reflejos”.