Los mil viajes de Jorge, el tucumano por amor que llevará al Negro Manuel y un símbolo de libertad a la Antártida
Tiene 56 años y vive en nuestra provincia desde que se casó con una tucumana en 2018: fue sacerdote, guía de alta montaña, recorrió América, Europa y África en bicicleta, conoció al Dalai Lama y hasta subió al Everest sin oxígeno. Tuvo una hija el año pasado, en plena lucha contra el cáncer, y ahora se prepara para cumplir un sueño que lo acompaña hace tres décadas.

Un frasco con tierra de Casa Histórica y una copia del Acta de la Independencia. (Foto:infobaires24)
Jorge González tiene 56 años y una vida que, al menos, parecen dos. Fue un sacerdote católico entre 1991 y 2001, años en los que predicó en Buenos Aires, Neuquén, Salta y Jujuy. Pero pidió licencia y recorrió la ruta Panamericana hasta México en bicicleta, y después hizo lo propio en Europa y el norte de África, donde conoció al Dalai lama. También es guía de alta montaña y participó de la expedición argentina Everest sin oxígeno, antes de llegar a Tucumán, donde conoció el amor y formó una familia antes de prepararse para su próxima aventura: llevará una imagen del Negro Manuel, el cuidador de la Virgen de Luján que está camino a su beatificación, a la Base Marambio, en la Antártida.
"Este sábado voy a la Basílica de Luján a retirar una imagen del Negro Manuel que se llevará a la Base Marambio y quedará en la capilla de nuestra señora de Luján en la base; y Dios mediante cuando el Papa Francisco lo nombre santo al Negro Manuel ahí, seguramente le harán el oratorio correspondiente", le adelantó Jorge a infobaires24, antes de explicar que es tucumano "por amor" y por eso está radicado en nuestra provincia: "Una decisión por amor… me casé con una tucumana en el 2018". Para entender cómo llegó a casarse con una tucumana y viajar a la Antártida, hay que repasar su historia de vida.
"Ejercí el ministerio en lo que se conoce como el antiguo obispado de Morón que alcanzaba lo que hoy se conoce como la diócesis de Moreno. Yo después pido una licencia. No tenía dinero pero si tiempo y una bicicleta, así que lo primero que hice fue un sueño que tenía: conocer el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México, la patrona de América Latina. Agarré la bici y salí pedaleando hasta México por la ruta Panamericana. Tarde casi seis meses en llegar y luego, viendo el precio del pasaje de vuelta, decidí volver bordeando el océano Atlántico", explicó.
El paso siguiente fue una recorrida por Europa: “También estuve recorriendo gran parte de Europa en bici, trabaje bastante allá pintando casas, departamentos. Eso me ayudo a continuar con la travesía de Marruecos a Egipto por todo el norte de África en bici". Describe el citado medio que "tras andar por el mundo" volvió a su profesión de Guía de Montaña en el Parque Nacional Aconcagua: "En el 2012 junto con un gran escalador, para mí uno de los mejores que ha generado nuestro país, Mariano Galván, armamos la primera expedición argentina al Everest sin oxígeno y sin ayuda de Sherpa". Los sherpas son los habitantes del Himalaya, en Nepal.
"Nuestro ascenso al Everest esta en los anales como la expedición más económica que hubo en toda la historia, no teníamos muchos recursos pero si mucha pasión y ganas de subir. Venían a sacarnos fotos porque usábamos carpas de los años ’50 y ’60 porque era lo único que nos alcanzaba para alquilar o comprar, así y todo el objetivo se logró", enfatizó. En su travesía los acompañó una bandera nacional con la insignia 'Malvinas Argentinas' al cumplirse en aquel año 30 años de la Guerra de Malvinas. Esa misma bandera descansa en el Museo de Malvinas, en la exESMA: "Al regreso me contacté con el director del museo, que funciona en la ex ESMA, y ahí deposite la bandera que todavía sigue presente".
Tras aquella hazaña en el Everest, salió junto a Mariano a dar charlas en distintos puntos del país: en la parada en Tucumán, conoció a su compañera de vida. Tras los trámites de dispensa, pudo casarse en 2018. En 2020 le diagnosticaron cáncer y comenzó a tomar forma en su vida el sueño de ser padre. Por esos mismos días apareció en su vida la imagen del Negro Manuel.
"Como sacerdote conocía la historia de Luján pero de refilón la del Negro Manuel, que es parte también de su historia, porque siempre se volcó más al tema de la imagen de la Virgen de Luján; que es parte también de la humildad del Negro Manuel. A través de unos amigos, recibo una estampa y empezamos a rezarle por mi salud y por el sueño de ser papás. Al mes y medio que yo estaba con tratamiento de rayoterapia, mi señora me informa que estaba embarazada", reveló.
Luna Milagros nace el 22 de febrero del 2022. “Luna porque es un nombre que siempre nos ha gustado y Milagros justamente por el Negro Manuel”, precisó.
Ahora, se prepara para su expedición a la Base Marambio, un sueño que lo acompaña desde hace tres décadas: "La pedía desde que era sacerdote pero no se daba la oportunidad. Después cuando deje el ministerio lo seguí haciendo pero tampoco se dio y el jueves pasado ante la gentileza de Joaquin Diprandi, abogado que trabaja en el Ministerio de Defensa, parece que vio las cartas y me concede esa oportunidad. El Comando no sabía que yo estaba enfermo, entonces le comento mi situación, ellos me invitaban a hacer la campaña que es de un mes y medio pero ante la insistencia y tras conocer un poco más la historia, lo que me ofrecen es irme por uno o dos días a la Base Marambio", recalcó.
"Cuando a uno le dicen que tiene cáncer es un golpe fuerte, cuando le dicen que vuelve otra vez después de tanto esfuerzo, de lucha que vuelve otra vez es duro. Pero a mí, si tengo que decir algo, el cáncer me dio dos motivos de lucha muy fuertes; una el nacimiento de mi hija Luna Milagros, a los 56 años ser padre es extraordinario. Y por otro, se me cumple un sueño después de treinta años de gestión de poder ir a la Antártida", enfatizó.
A cada uno de sus viajes, a sus "gestas deportivas", les agrega siempre un "trasfondo social". "Siempre que hacía gestas deportivas le encontraba un trasfondo social. En 2014 fui a la cumbre del Aconcagua y lleve la bandera de la Fundación de Marita Verón, conocí a la señora Susana Trimarco. Cuando en Mendoza se discutía la Ley 7722 de las mineras, hice una travesía desde el Congreso en Buenos Aires con una bicicleta que compre en Caña Tacuara, hice toda la ruta 7 hasta Mendoza y después de ahí subí a la cumbre del Aconcagua", graficó.
En ese sentido, añadió: "En el 2004 tuve la oportunidad de conocer al Dalai Lama durante su exilio, y después de haber subido una montaña de allá que es el Choyu, que es una de las cumbres más altas dentro del cordón del Himalaya, donde se encuentra el Everest; están los 14 picos más altos del planeta, allí llevé la bandera Tibetana por un Tibet Libre".
"Ahora que estoy haciendo este viaje a la Base Marambio, tramite en la casa histórica de Tucumán y por la gentileza de la Dra. Cecilia Orozco, la directora del Museo, me entregaron tierra de los jardines de la Casa Histórica con una copia del Acta de la Independencia del 9 de Julio de 1816, que llevo a Base Marambio. Porque es parte del territorio nacional, es parte de nuestra historia y la gesta que hacen los que están allá que día a día marcan hasta donde el hecho de ser una patria libre, justa y soberana. Y llevo una imagen del negro Manuel", remató.
La diputada nacional Mabel Carrizo ayudó en la gestión de su traslado y el próximo 30 de enero finalmente partirá desde la base de El Palomar, en Buenos Aires, con destino hacia la Antártida.
(Fotos tomadas de infobaires24)
El Negro Manuel, el cuidador de la Virgen de Luján
La Virgen de Luján es la patrona de la Argentina. En 1630, dos imágenes de la Purísima Concepción de María, traídas desde Brasil, llegaron al puerto de Buenos Aires y desde allí emprendieron viaje a Santiago del Estero. En el camino, las carretas que las transportaban detuvieron su marcha a orillas del río Luján. Pese a los intentos de bueyes, estos no consiguieron mover las carretas que habían quedado inmovilizadas. Los transportistas se dieron cuentas que al quitar una de las imágenes de la virgen de la carreta, ésta se movía. Por este motivo, la pequeña imagen de 38 centímetros, de terracota pintada, allí se quedó y se convirtió en la Virgen de Luján, casi 200 años de iniciarse la creación del Estado argentino. En ese entonces, el Negro Manuel era propiedad de Bernabé González Filiano, administrador de la estancia a orillas del río Luján donde ocurrió el milagro, y éste lo encomendó el cuidado de la imagen.
Desde hace algunos años que la figura de Manuel Costa de los Ríos comenzó a hacerse más visible. Si bien las y los fieles a la Virgen de Luján lo conocen y lo veneran, su historia ha trascendido las fronteras y llegado hasta Roma. Estos creyentes, junto a sacerdotes, laicos y organizaciones de afrodescendientes han iniciado las gestiones para lograr la beatificación del primer esclavo de Argentina. Según la agencia Télam, en el Vaticano la causa de canonización de Manuel está en manos del cardenal Angelo Amato, responsable de la Congregación para las Causas de los Santos y debe remitir al Papa Francisco la iniciativa.
¿Quién fue Manuel Costa de los Ríos?
Las investigaciones del Monseñor Juan Guillermo Durán, actual postulador de la causa de canonización de Manuel, cuentan que llegó al Río de la Plata como parte de un lote de esclavos africanos proveniente de Pernambuco, Brasil, para ser comercializado en Buenos Aires. Había nacido y se había criado en las islas de Cabo Verde, siendo bautizado de niño, agregándosele al nombre cristiano de Manuel.
Su primer amo fue el capitán que lo trajo, Andrea Juan, y luego pasó a ser propiedad del comerciante y militar Bernabé González Filiano, quien era el administrador de la estancia a orillas del río Luján donde ocurrió el milagro. Bernabé encomendó al negro Manuel cuidar la imagen de la virgen guardada en la estancia. Años más tarde, sus herederos terminaron por vender a Manuel para que se convierta en propiedad exclusiva de la Virgen de Luján.
En un pequeña capilla de barro y paja, Manuel recibía a los creyentes que se acercaban a venerar la imagen y ungía a los enfermos con el sebo de las velas para curar sus males. Cuando la estancia y la capilla cayeron en abandono, doña Ana de Matos pidió la imagen para llevarla a sus tierras, donde actualmente se levanta la Basílica de Luján, y pagó 250 pesos por Manuel para que continuara cuidando de la virgen. Manuel lo hizo hasta 1686 en que falleció, motivo por el cual él siempre se consideró “Ser de la Virgen nomás”, invocándola constantemente como su “Ama” y “Señora”.
Cronistas de la época, como Pedro Nolasco, lo describieron como “vestido de un saco a raíz de las carnes y con la barba muy crecida [a manera de ermitaño]. Y Oliver‒Maqueda contó que “ayudó no poco a la prosecución de la obra de la Capilla, y después continuó en servicio de la gran Señora hasta una ancianidad avanzada. Hallándose en la última enfermedad dijo un día que su ama le había revelado que había de morir el viernes y que el sábado siguiente lo llevaría a la gloria". Tal como se lo anticipó la virgen, la muerte de Manuel sucedió ese sábado. Sus restos reposan bajo el altar mayor a los pies de la imagen de la Virgen, en la capilla de Pedro de Montalvo, levantada a tan sólo unos cien metros de la actual Basílica de Luján.
El pasado 1 de octubre, cientos de fieles, como Gabriel "Pato" Duna, lujanense y referente de laicos los Misioneros de Francisco, Tamara Barbará y Flexa Correa Lopes, miembros de la primera comisión Afrodescendiente de un sindicato (APL, Asociación de Empleados Legislativos), junto al sacerdote Sergio Gómez Tey, participaron en la masiva 48° Peregrinación Juvenil a Luján, llevando en alto el nombre del Negro Manuel, renovando la fe y las esperanzas para que proceso de beatificación sea un hecho.
Fuentes: Exposición del Monseñor Juan Guillermo Durán. Octubre 2016 / Lucas Schaerer-Télam / Roberto Elissalde-La Nación