A ella que el poeta la vio tempranera: cumple 269 años Monteros, tierra amada
¿Por qué se llama Monteros? ¿Quiénes habitaban estas tierras antes de la llegada de los españoles? ¿Cómo fue su crecimiento económico? Hoy te contamos un poco de todo, para conocer la historia de una ciudad que alguna vez fue la segunda más grande de Tucumán.

Foto: Michelín Andujar para Monterizos.com
Una antigua estación de ferrocarril, construcciones de estilo colonial, techos y remates de estilo academicista, calles anchas y veredas angostas, una plaza central con árboles que doblan la edad de sus habitantes más antiguos: Monteros tiene huellas ser historia viva a donde sea que miremos.
Y no es para menos: fue precisamente a unos poquitos kilómetros de donde se encuentra actualmente su centro neurálgico, que se fundó la primera capital de Tucumán, es decir, el actual Ibatín.
Dicen los registros históricos que, una vez que toda la población del primer emplazamiento llamado San Miguel de Tucumán se mudó a la actual Toma, muchos propietarios de tierras de la zona decidieron quedarse. Por eso, Monteros está dotado de tanta historia, ya que en estas tierras habitaron los primeros tucumanos, y esos mismos tucumanos que decidieron quedarse a capa y espada en esta ciudad.
Los monterizos tienen un dicho que, lamentablemente, año a año se va perdiendo. Que si cruzás el arroyo El Tejar y comés el pan de Ottonello, nunca más te vas de su ciudad. El pan de Otonello (por un antiguo descendiente de italianos que se convirtió en un monterizo nato y que vendía el pan más codiciado de todos durante el siglo XX), ya no está. Pero el arroyo El Tejar continúa siendo el canal de agua más grande de esta ciudad, el mismo que trajo tantos problemas como satisfacciones a los ciudadanos, a los gobiernos municipales, pero que es parte y sello de esta hermosa historia.
En esta ciudad que tiene forma de pescadito y que está ubicada en el centro de la provincia de Tucumán, estuvo habitada en tiempos ancestrales por los Diaguitas, los Tonocotés y los Lules (estos últimos transitaban pero sin asentarse en ningún sitio por completo). Poco antes de la llegada de Diego de Villaroel, casi al mismo tiempo que los españoles arribaban a América, las comunidades del NOA vivían y perdían una inmensa batalla interna de América, y eran conquistados por los INCAS. A la llegada de los conquistadores, en estos territorios habitaban fundamentalmente Tonocotés y Lules. Se hablaba el cacán y en menor medida el quechua.
Los procesos de conquista, algunos muy violentos y otros que consistieron en maneras más persuasivas de dominación, terminaron por hacer con los años una especie de comunidad de vida compartida, pese a los (fallidos) levantamientos calchaquíes que afectaban a esta zona del Tucma.
A principios del siglo XIX, según señala la historiadora Gabriela Tío Vallejo, Monteros y Trancas solicitaron que se les reconozca la condición de villas debido a su aumento poblacional. Un poco antes, Tucumán había sufrido nuevas modificaciones y se había dividido en seis partidos y curatos rurales: Trancas, Burruyacú, Los Juárez, Monteros, Chicligasta y Río Chico, a los que se agregaban los curatos rectoral o de la capital. Estas fueron las bases de los primeros departamentos de la provincia.
Librada y ganada la batalla independentista en Argentina, a la cual Monteros aportó nada más y nada menos que Bernabé Araóz, el héroe nacional que desobedeció al Gral. Belgrano y lo animó a batallar junto a los tucumanos aquella mañana del 24 de septiembre de 1812, Monteros pasó a convertirse en un importante espacio dentro del territorio nacional, al formar parte del epicentro de recarga de alimentos, de arreglo de carretas, y de recepción de distinta mercadería y materia prima proveniente del Puerto de Buenos Aires.
¿De dónde viene el nombre?
Existe una inmensa controversia desde siempre al respecto. Algunas teorías indican que Monteros viene del apellido Espinoza de los Monteros, un vecino muy rico del antiguo San Miguel de Tucumán.
El historiador monterizo Tulio Ottonello, por su parte, señala que el nombre fue puesto el día de su fundación cuando el entonces gobernador, don Felipe Antonio de Alurralde, tomó posesión de un caserío de la zona en donde la gran mayoría de sus habitantes eran de apellido Monteros. Es decir, el nombre estaba casi puesto. Otra teoría es que este nombre deriva de aquel que vive o se cría en el monte, en relación a la gran cantidad de habitantes que se refugiaron en los montes vecinos cuando se negaron a trasladarse a la actual capital tucumana.
El crecimiento de esta ciudad y su importancia dentro del mapa geográfico y social era innegable. A la vez de haberse sumado a la rueda de producción azucarera y ganadera prácticamente al mismo tiempo que en la capital, para 1845 el censo nacional de Celedonio Guttierrez dejó en claro que, con más de 10.000 habitantes, Monteros era la segunda ciudad más poblada de Tucumán. Más o menos por ese año nacía Electo Urquizo, un escritor de la tierra de la randa que dejaba en claro en sus escritos el tipo de infancia que se vivía en esta ciudad: “Mi traje hasta los seis años era una camisa de lienzo. Andaba en patas con los talones rajados”.
Fue recién en 1867 que esta zona, por derecho constitucional, junto a su vecina Famaillá, obtuvieron el grado de municipalización, hecho que comenzó a darle un solemne marco organizativo a la ciudad.
Sin duda alguna, el mayor salto cualitativo y cuantitativo a nivel económico de Monteros, fue después de la llegada del ferrocarril, en 1876. Se fueron abandonando de a poco nuestras famosas carretas como sistema de transporte comercial, y se acortaron absolutamente todos los tiempos, proceso que se acentuó en 1889 cuando el Ferrocarril a través de su estación de El Provincial, comenzó a pasar por sus tierras.
Fuente: "Monteros es Historia" (Facebook)
En el siglo XX, este lugar se caracterizó por ser promotor de los maestros normalistas, diseminados por todo el territorio nacional. Además, contó con una marcada lucha social no solamente a nivel obrero en espacios como el ingenio Ñuñorco, sino que también a nivel docente, entregando a la lucha por condiciones dignas y justas de trabajo, a dirigentes sociales como los hermanos Isauro y Arturo Arancibia.
Fueron numerosos los monterizos perseguidos, acosados, secuestrados y asesinados por defender sus ideas durante el último golpe de estado, generando que hasta la actualidad, sus familiares integren uno de los únicos lugares donde el 24 de Marzo se recibe con una vigilia y una marcha alrededor de su plaza Bernabé Araoz.
Es cuna de Poetas, como el mítico Manuel Aldonate, quien describe a la zafra y a los zafreros como pocos escritores lo hacen, llegando a dejar hasta las lágrimas a cualquier lector que se encuentre con la guardia baja. Los gestores culturales de mediados del siglo pasado iniciaron sus principales símbolos que persisten hasta el día de hoy: el Encuentro Nacional de Poetas, Autores y Cantautores Manuel Aldonate, la Feria de Artesanías y el Festival Monteros de la Patria.
También es cuna de deportistas, albergando dos de los clubes de vóley más grandes y también más premiados del país: Monteros Voley Club y el histórico Club Social Monteros. El Tigre del Sur, es decir su club Atlético Ñuñorco, alberga en su inmenso estadio una fidelidad de película entre sus hinchas.
Fuente: "Monteros es Historia" (Facebook)
En esta ciudad donde la libertad de culto está a la orden del día, sin embargo, vive un templo de gran majestuosidad, la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en donde se cuida y se protege con inmenso respeto a la Virgen del Rosario, autora del milagro de haber sudado su manto por tres días ante la presencia de muchos presentes. Una vez al año, toda la comunidad departamental se convoca a pasear con ella.
En sus calles habitan quienes integran movimientos independientes por mejorar el entorno permanentemente: artistas, payadores, ambientalistas, grupos de lecturas, grupos feministas, agrupaciones culturales, y hasta movimientos estudiantiles que se renuevan cada año.
Hoy cumple269 años ella a quien el poeta la vio tempranera, la de corazón de hierro, la de la primavera más hermosa. Feliz cumpleaños, Monteros.
Bibliografía: Historia del municipio de Monteros. Por verónica Ovejero y Silvia Nassif.