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"Leé para ser libre": solidaridad y libros gratis, combo infalible contra el frío en Tucumán

HISTORIAS DE ACÁ

Vas caminando por avenida Colón hasta que te topás con cajas y cajas repletas de libros y un cartel que te interpela, que te obliga a frenar y reflexionar. Padres e hijas, abuelas, vecinos apurados. Todos se toman un tiempo para elegir su libro y llevarse su dosis de libertad. Cómo participar.

(Foto: eltucumano)





- ¿Se puede llevar?

- Lleve, lleve, es gratis.

Pega fuerte el frío este lunes en el barrio Floresta, como en todo Tucumán. Pero el solcito de invierno abraza y hace un poco menos hostil la gélida mañana; la gente va y viene por la avenida Colón, como cualquier otra mañana en la Capital tucumana, pero todos detienen su paso ante una serie de cajas repletas de libros estoicas frente a una ferretería, junto a un cartel que los interpela: "En el mes de la Independencia, leé para ser libre".

Un hombre se acerca, se saca los guantes, mira con atención, hojea un poco por acá y otro poco por allá, y se lleva una pila completa de libros. Forman parte de alguna colección tipo enciclopedia, de esas de tapas duras, todas iguales, que venían antes con diarios y revistas; no dubitó ni un segundo, y fue tan rápida la maniobra que no alcanzamos a divisar en detalle los tomos que puede haber seleccionado, y mucho menos a preguntarle qué libros eligió y por qué.

Comercial Colón es una ferretería industrial ubicada en avenida Colón 111. La parada de colectivos que está en la vereda opuesta lleva su firma. Tres veces por año, junto con la Fundación Ruth, invitan a la gente a donar libros que exhiben en cajas de cartón y están a disposición de quién los quiera o los necesite: al inicio de clases, a mitad de año (hoy, ya) y antes de Navidad, libros gratis para todos y todas.

Elsa Roldán es vecina del barrio Floresta "hace 76 años" y se lleva un libro de cocina, específicamente sobre "pollo con variaciones", y se lleva realmente muy contenta: "No como carne y uso mucho el pollo, me viene bien para variar", justifica su elección.

Suma a su pequeña y propia pila también otros libros de cocina, y uno con ejercicios en inglés que le regalará a sus nietos: "Ya les llevé la vez pasada y les han servido", destaca. También le manda un mensaje a todos los vecinos del barrio: "Que vengan porque es buenísimo esto de los libros, es muy educativo todo"

Mirta Brandt preside la Fundación Ruth y nos explica que esaentidad "promueve la educación y el desarrollo personal" y enfatiza que esta iniciativa "la hacemos con la ferretería y junto a la gente” porque “los libros son de la gente".

"Son gratis los libros, por supuesto: la gente viene, revisa de qué se trata y se los lleva. Ya recibimos llamados de gente que tiene libros para donar, así que seguirán llegando", destaca satisfecha con el buen impacto y mejor respuesta ante la propuesta.

Además, resalta Mirta que la oferta de libros gratis genera un movimiento circular y construye una suerte de reciprocidad con los beneficiarios: "Casi siempre, diría que el 99% de las veces. la gente que se llevó dos libros trae dos libros, totalmente circular".

Para Mirta y la Fundación Ruth, es importante realizar esta acción en la antesala del 9 de Julio, donde se conmemora un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia Argentina, justamente en suelo tucumano: "El saber nos hace libres, nos permite elegir, tener nuestros valores a flor de piel", proclama.

"El pueblo argentino es muy culto, tal vez en este momento adquirir un libro puede ser oneroso, pero no quiere decir que la gente no lee. A los hechos me remito: llegado el mediodía te seguro que no va a haber libros acá, la gente se los lleva para leer, no se los lleva para otra cosa", sentencia.

Finalmente, reflexiona que "en el mes de la Independencia hay que estimular la lectura" porque "la tecnología exige, tenés que tener lectura comprensiva, los libros son maravillosos".

"Los libros están a disposición, todos pueden retirar, disfruten la lectura siempre", cierra, e invita a todos los tucumanos a pasar a buscar su libro o donar el libro que puede abrazar a otro tucumano en esta u otra fría mañana de invierno.

La gente también se acerca en familia a ver qué esconden esas cajas que irrumpen en la tranquila mañana de Floresta. "Me parece interesantísimo esto de ponernos a leer, muchas veces uno está acostumbrado al facilismo del teléfono, de Google: un libro es un gran convocante familiar, leemos y comentamos", reflexiona Lalo Reynoso, quien pasó por la Colón al 100 con su hija Renata.

Padre e hija miraron con atención, analizaron la oferta mirando con detenimiento las tapas y leyendo las contratapas, hasta tomar una decisión y partir sonrientes con nuevos libros bajos el brazo. "Renata eligió unas novelas. Yo como papá elegí un diccionario. Hay cosas técnicas, hay novelas, hay de todo hasta libros con consejos para comer sano. Les digo a todos que se acerquen, hay que recircular la información", plantea.

La gente viene y va; unos siguen de largo, la mayoría frena. La mañana pasa, los libros van a nuevas casas, a nuevas bibliotecas. Las cajas quedan: esperan por otros libros, que llenarán el vacío que dejaron los que ya fueron elegidos.

Mirta calcula que hacia el mediodía las cajas ya estarán vacías. Quiénes tengan libros para donar pueden contactarse con la Fundación Ruth o con la propia Mirta (la buscan por su nombre en Facebook e Instagram) o llegarse por avenida Colón al 100, donde quizás las cajas y algún libro todavía los estén esperando.