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Vida y obra de Mercedes Sosa a 89 años de su natalicio en Tucumán

eterna

El mismo día que la patria celebra su Independencia, pero en 1935, nació “La Negra”, la artista más reconocida que dio nuestra provincia. Aclamada en el mundo, recorrió el planeta interpretando cada canción con la belleza única de su voz, que te tocaba el alma. Su historia.

Mercedes Sosa, en una imagen del fotógrafo Juan “Pupeto” Mastropasqua. (Foto tomada de Clarín).-





Hace 89 años atrás, Tucumán veía nacer a Haydeé Mercedes Sosa. Desde muy chica abrazo la música y, desacatando las normas de su familia, se convirtió en una de las artistas más reconocidas de Argentina en el mundo. y fue el faro para generaciones de artistas. Su voz inalterable, sus ganas de seguir cantando y estudiando no las perdió en ningún momento, incluso cuando su salud comenzó a deteriorarse.

El mismo día que la patria celebra su Independencia, pero en 1935, nació “La Negra”, la voz que representa a la Argentina y a todo el continente americano. Aclamada en el mundo, recorrió el planeta interpretando las letras de los autores que la conmovían. Nunca escribió temas de su autoría, pero interpretó cada canción con la belleza única de su voz y sus profundos sentires.

Su padre, Ernesto "Tucho" Sosa, la anotó como Haydeé Mercedes en el registro civil. Su madre, Ema del Carmen Girón, decía que él lo hizo a propósito para no ponerle Marta Mercedes, tal como ella había elegido. De todos modos, en su familia fue conocida como La Marta.

Su infancia

Mercedes tenía 12 años y memorizaba las canciones que oía en la radio de algún vecino, de algún amigo y las cantaba. La radio era un lujo para su familia. Lolita Torres, Lola Flores, Miguel de Molina eran de sus preferidos.

“Busco en mi pasado y siempre me veo cantando. Cantando en mi casa, cantando en la escuela, cantando en los velorios (…) Cantaba porque sí, sin darme cuenta, porque me salía”, expresó Mercedes.

Su primera aparición frente al público fue interpretando el himno nacional argentino en la escuela. Su profesora Josefina Pesce de Medici vio en Mercedes atributos para la ópera. Más allá de esta apreciación, el destino de Mercedes sería otro: “Por suerte me convertí en una cantante popular”, expresó.

Una voz única

Su voz permitió que todo un mundo conociera a los creadores de Latinoamérica, logrando el amor y reconocimiento de sus pares, y el agradecimiento de su público a lo largo de varias generaciones.

Desde la partida de Mercedes Sosa, se han originado homenajes de reconocimiento y agradecimiento en todo el mundo. Parques, plazas y bosques. Calles, escenarios y festivales. Bibliotecas, Escuelas, Centros de salud y Centros culturales de todo el mundo llevan su nombre.

Mercedes y los jóvenes

Si hay algo que Mercedes Sosa siempre tuvo fue empatía y generosidad con los jóvenes, con las nuevas generaciones del canto popular. Quizás por aquel gesto que tuvo Jorge Cafrune en 1965 en el Festival de Cosquín donde invitó a subir al escenario mayor a una ignota artista tucumana, es que La negra siempre cedió lugar en sus espectáculos y presentaciones a las nuevas generaciones, sabía que "ellos y ellas" eran el mejor legado de nuestro folclore y a su lado, muchos artistas que hoy brillan en la escena local, despegaron bajo su bendición.

Bruno Arias, Lucía Ceresani, Franco Luciani, Mariana Carrizo, Fernando Barrientos, Julia Zenko, Teresa Parodi, Liliana Herrero, Rafael Amor y hasta Soledad, con quien la prensa amarillista de la época quiso enemistarla, tuvieron la dicha de ser elegidos y protegidos por la voz más grande de Latinoamérica.

La Negra amaba a los jóvenes, le gustaba conocer y descubrir nuevas voces. Y, hasta sus últimos días, seguía escuchando nuevas propuestas y noveles artistas. La Negra era una defensora acérrima de las nuevas generaciones y, siempre, en sus shows había lugar para un nuevo invitado.

El adiós a La Negra

El 4 de octubre de 2009, Mercedes Sosa murió. Ese día el Gobierno Nacional decretó tres días de duelo, y sus restos fueron despedidos por una multitud en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación. Sus cenizas se encuentran esparcidas en Buenos Aires, Tucumán y Mendoza.

Su legado persiste en el pueblo argentino, pero, sobre todo, en el cantante Coqui Sosa, quien fue su sobrino y compartió con ella experiencias de la vida íntima, pero también de la vida pública ya que llegaron a compartir escenario. En una entrevista intima en FM latucumana 95.9, Sosa contó detalles de la vida familiar y artística que compartió con Marta, su tía: “Mi tía era mi amiga, mi maestra, estaba en todas: iba al dentista y a la media hora me llamaba para saber como me había ido en el dentista, iba a cantar a un lugar y me llamaba, era una persona presente y amorosa. Pero a la vez, la alegría de ver tanto amor que se manifestó a partir de ese momento, esa despedida en Buenos Aires, en La Chacarita, miles de personas recibiéndola, cantando, bailando, fue increíble”. Esuchá la entrevista haciendo click acá.