La casa está en orden
Atlético jugó con varios suplentes ante Sarmiento y mostraron un muy buen nivel futbolístico.

Varias preguntas se hicieron en el mundo Atlético en los últimos meses, teniendo en cuenta que afronta el Torneo de Primera División y la Copa Libertadores a la vez. Los refuerzos no llegaron y las dudas se plantaron en las tribunas y los pasillos de 25 de mayo y Chile: ¿tiene plantel para afrontar las dos competiciones?, ¿los suplentes están a la altura?
En la jornada de hoy, las dudas se empezaron a despejar. Yendo de atrás para adelante, podemos decir que Josué Ayala tuvo su mejor partido desde que llegó a Tucumán, ya hace más de dos años. Si bien mayormente fue suplente de Cristian Lucchetti, el arquero surgido de las inferiores de Boca tuvo mucho rodaje, pero la actuación de hoy fue sobresaliente, sobre todo tapando dos pelotas complicadísimas: una a Gervasio Núñez y otra luego de un rebote en Bruno Bianchi.
Las apariciones de Enrique Meza Britez y Mauricio Rosales, en el costado izquierdo de la defensa, fueron sólidas y parejas. El paraguayo mostró todo el oficio a la hora de marcar a Héctor Cuevas en las alturas, y el lateral cumplió muy bien su labor en ese sector de la cancha, siendo derecho por naturaleza y jugando con la pierna cambiada.
La labor de Fabio Álvarez fue de lo más destacado. El cordobés tuvo la enorme responsabilidad de reemplazar a Guillermo Acosta, jugando su primer partido de titular desde que llegó al Decano. Y no solo cumplió esa suplencia de manera sólida, sino que también la coronó marcando el 2 a 0. Lo de José Méndez, tal vez, fue de lo más flojo en lo que tiene que ver con los habituales suplentes, pero, aun así, el hoy volante por derecha fue el que abrió el marcador y hasta contó con otra clara situación para anotar el segundo en la primera etapa. Le faltó juntarse más con sus compañeros y seguridad a la hora de encarar a los defensores rivales.
Párrafo aparte para la vuelta de Emanuel Molina. El Mago jugó 25 minutos y, con pocos toques, alcanzaron para mostrar el jugador distinto que es. Simpleza y elegancia para dejar la pelota siempre limpia a sus compañeros. Seguramente irá ganando rodaje con el correr de los partidos y se podrá ver algo más de su magia en el terreno de juego.
Pablo Lavallén ya había anticipado que iba a rotar parte de la formación titular y lo hizo. Ahora, puede estar tranquilo ya que sus jugadores le dejaron en claro que están para pelear un lugar y estar a la altura.